A puñaladas
ayikistán, la nación centroasiática más pobre de la antigua Unión Soviética, colindante con Afganistán, suministrador de mano de obra barata a Rusia y una de las principales rutas del narcotráfico desde su vecino meridional, es gobernado por quien dice ser el padre de la raza aria, Emomalí Rajmon.
Antes de proclamar esta histórica reivindicación –con esvástica incluida– que parece un mal chiste, se llamaba Emomalí Rajmonov y se aprovechó de la desintegración de la antigua potencia para encabezar el Tayikistán independiente.
Desde entonces, a comienzos de los años 90, se presenta como jefe de Estado y líder inamovible de la nación tayika, sin que sienta rubor ninguno por los resultados de su gestión de gobierno, no aplicables a la opulencia de la elite que lo rodea sino a la inmensa mayoría de sus 7 millones de habitantes.
Estos son algunos de los principales datos que definen a Tayikistán a comienzos de 2012: el ingreso anual promedio de un tayiko apenas llega al equivalente de 260 dólares estadunidenses, es decir, 70 por ciento de la población se encuentra por debajo del umbral oficial de indigencia y casi la mitad de la fuerza laboral está en el desempleo.
Las remesas de los migrantes tayikos que trabajan Rusia, según el Servicio Federal de Migración ruso, ascienden a unos mil millones de dólares cada año y, por tanto, duplican con creces el presupuesto anual de Tayikistán, que apenas es de 485 millones de dólares.
Rajmon, que en 2006 emitió un decreto para desrusificar
los apellidos de sus compatriotas, busca sacar provecho de la privilegiada situación geopolítica de Tayikistán, por lo que coquetea con Rusia, que mantiene una base militar con 7 mil efectivos, y con Estados Unidos, que utiliza su espacio aéreo para la logística de su guerra en Afganistán.
Pero la verdadera fuente de ingresos de la elite tayika, según la oposición de ese país, ya prácticamente toda en el exilio, sin contar los numerosos muertos por enfrentarse a Rajmon, es el narcotráfico.
El periodista Dododzhon Atovulloyev, que dirige el periódico opositor Charogui Rus desde Moscú, denuncia que Rajmon incluso utiliza el servicio diplomático de su país para mover importantes cantidades de heroína.
Tras publicar varios casos de detenciones de diplomáticos con cargamentos de droga –con fechas, igual que nombres y apellidos–, Atovulloyev recibió dos puñaladas de un desconocido que lo agredió en un restaurante de Moscú, al que había asistido para una cita de trabajo.
Así, a puñaladas, quiere el régimen de Emomalí Rajmon silenciar las denuncias de sus adversarios políticos. Por suerte, Dododzhon Atovulloyev se recupera en un hospital de Moscú.