Espectáculos
Ver día anteriorDomingo 22 de enero de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

El turco Nuri Bilge Ceylan presentó Once Upon in Anatolia, en el festival de Küstendorf

Para hacer cine, lo primero es no tener expectativas sobre tus cintas

Si una película tiene poder, podrá verse algún día; los filmes son como flores del desierto que sobreviven al tiempo

El director de Tres monos recomienda trabajar con actores noveles

Enviado
Periódico La Jornada
Domingo 22 de enero de 2012, p. 8

Mokra Gora, Serbia, 21 de enero. La primera expectativa cuando termino una película es no tener expectativa alguna. De hecho, siento una especie de odio hacia mis cintas cuando están terminadas. No me gusta verlas porque ya lo hice muchas veces, en todos los procesos de la producción. Esto es algo inocente, pero mis intenciones están en los resultados finales. Para mí son como un hijo, pero del reino animal, cuyos padres los hacen y los dejan volar.

Habla para La Jornada Nuri Bilge Ceylan, el cinerrealizador turco más conocido en el mundo. Sus historias, ganadoras de premios como el del Gran Jurado de Cannes en 2011 por Once Upon in Anatolia –que se exhibió ayer en el Festival Internacional de Cine y Música Küstendorf, o como Distant, que en 2003 obtuvo el galardón francés—, se basan en su cultura, pero están narradas con un lenguaje tan universal que ha ganado adeptos en diversas latitudes. Recordemos Nubes de mayo o Small Town.

Ingeniero electricista

Ceylan comenzó tarde a filmar. Estudió cine dos años en la Universidad Mimar, Estambul, pero desertó y terminó la carrera de ingeniero electricista. “La mayoría de mis decisiones –hoy día de mis cintas, y antes en lo personal– han sido instintivas, sin mucha meditación”, dice en la entrevista efectuada en la biblioteca de la casa de Emir Kusturica, creador de este encuentro, enclavado en la montañas de Mokra Gora, en los Balcanes.

Dicen que el cine es el álbum familiar de los pueblos. Se hace en todo el mundo, pero distribuirlo es el problema, se le comenta.

Entre volúmenes de autores rusos como León Tolstoi y Fedor Dostoievski, así como de serbios como Jovan Rajic o Ivo Andric (nobel de Literatura en 1961), y textos sobre Cuba, Nuri Bilge responde: Ahora más fácilmente puedes ver cintas de todo el mundo, pero antes, si te decidías, podías hacerlo también. Te platico: cuando era joven no existía cinemateca en mi país. Tuve la oportunidad de estar en Nueva York, donde me hice conocido de una persona de un videoclub, quien me ayudó a hacer copias, que cuando volví a Estambul comencé a mostrar. Ahora, con la nueva tecnología es más fácil ver nuevas producciones.

El ganador del premio de mejor director de Cannes en 2008 por Tres monos agrega: Creo que una cinta, si tiene poder, si es importante, se verá algún día. Son como flores en el desierto que sobreviven al tiempo. En la actualidad, los cineastas no deberían desperdiciar el tiempo en pensar cómo distribuir su película; alguien más puede hacerlo. Deben dedicarse a hacerlas, y con cualquier cámara; hay más opciones hoy día.

Foto
El entrevistado en la biblioteca del cineasta Emir Kusturica, en los BalcanesFoto Juan José Olivares

–Directores como usted hacen, sin proponérselo, una especie de resistencia contra las historias inverosímiles de Hollywood.

–Creo que esa es una lucha de la vida misma. Es una batalla universal en la que peleas por defender los valores de tu sociedad, y la sensibilidad con que lo haces es un regalo. Luchas contra las imposiciones. Esa guerra es un proceso natural. Por ejemplo, para filmar puedes usar efectos técnicos, pero al final tienen que pertenecer a una realidad.

Desciende de una familia matriarcal, circunstancia que, dice, reflejó en Tres monos, inspirado en mujeres muy fuertes. Afirma que lo que más lo ha influido es la literatura, en especial la rusa.

En algunas de sus películas participan actores no profesionales, con los que puedes repetir una escena dos o tres veces, pero con profesionales lo haces hasta 15. No sé por qué con los primeros obtienes una organicidad muy extraña. Los nuevos directores deberían probar esa fórmula.

En un encuentro como el que tiene lugar con el cineasta, en el que estudiantes y nuevos realizadores traen sus cortometrajes para competir por el Huevo de Oro, “hay una interacción interesante. Estudié cine sólo dos años y amigos cercanos que siguieron en la escuela ahora se dedican a otra cosa. Hay unos que sí son directores de foto u otros oficios del cine. Lo que quiero decir es que quien tiene algo que expresar –en este caso por la vía audiovisual–, lo hará algún día. Quien tiene potencial lo hará. Si alguien será un buen cineasta no dirá nada desde un inicio. No te hará muchas preguntas, no hablará mucho porque por lo regular tendrá una introversión, pero al final, estoy seguro que dirá algo, más no los estudiantes que te preguntan cuáles son las fórmulas”.

Adelantó que escribe algunas cosas, aunque no sé cual de estas se convertirá en película. En el cine turco cada año se hacen más cintas: en 2000 se hacían unas 10 y ahora, con nuevas tecnologías, ha aumentado considerablemente el número de producciones, lo que me tiene muy contento.

Por lo pronto, continúa la competencia de realizadores de cortometrajes. Ayer se presentaron trabajos de Rusia, Alemania, Serbia y Reino Unido, y en el regalo sonoro brilló la presentación del virtuoso trompetista de Moldavia, Adam Stinga, quien con su banda, creó un puente acústico de cristales de hierro entre lo tradicional y lo moderno.