Boston. Aunque se mostró inconforme por su forma de jugar en la final del domingo ante Baltimore, el mariscal de campo Tom Brady, de Patriotas de Nueva Inglaterra, se mostró feliz por llegar de nueva cuenta a un Supertazón. En entrevista para una emisora de Boston, el jugador declaró: No puedo esperar, estoy muy emocionado. Realmente disfruté el triunfo, para enfrentar nuevamente a Gigantes de Nueva York, luego de aquella final en la que terminó derrotado hace cuatro años, porque considera que en ese entonces no jugamos a nuestro mejor nivel. Por su parte, Kyle Williams, a quien se le cayó el oviode en el tiempo extra, que le dio un gol de campo y la victoria a Gigantes de Nueva York, este lunes recibió amenazas de muerte por la redes sociales, aunque determinó no hacerles caso. Vamos a esperar que Kyle Williams sea atropellado por un autobús, comido por el león o se muera de alguna otra manera, publicaron en un blog. El jugador dijo que no le pone atención a las redes sociales, porque el apoyo que necesita es de su familia y amigos. Su padre aseguró que su hijo jugó con una lesión en el hombro –aunque su equipo desmintió la versión–, pero eso no es pretexto para justificar lo ocurrido.