Un permiso oficial demora hasta 10 años
Lunes 30 de enero de 2012, p. 41
Río de Janeiro, 29 de enero. Las radios comunitarias en Brasil descubrieron en Internet y en la facilidad del uso de las herramientas tecnológicas de información un aliado para difundir sus contenidos, enfocados en los derechos humanos, sociales y ciudadanos.
La creación de las web-radios comunitarias avanza en este país latinoamericano, donde los pasos para obtener una concesión por parte del gobierno federal se hacen cada vez más burocráticos y dilatados, y constituyen una barrera al surgimiento de nuevas emisoras sin fines de lucro.
En la actualidad, existen en Brasil alrededor de 4 mil 500 radios comunitarias legales, pero se estima que operarían otras 10 mil sin el permiso que se exige.
Muchas otras son forzadas a la clandestinidad, pese a que presentaron ante el Ministerio de Comunicaciones un proyecto para obtener la concesión, que sigue pendiente de evaluación.
El trámite suele dilatarse entre tres y 10 años, pero hay casos en que la demora en lograr el permiso se alarga hasta 17 años, según el no gubernamental Centro de Prensa, Asesoría y Radio de Brasil (Criar, por sus siglas en portugués), destinado a promover la democratización de la producción radiofónica y formar a comunicadores populares.
El movimiento de este tipo de radios es muy fuerte en Brasil y ya tiene cerca de 20 años. Hay una carencia muy grande en capacitación técnica y de abordaje sobre los temas de derechos humanos
, dijo a Ips el coordinador ejecutivo en Brasil de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (Amarc), João Paulo Malerba.
Las radios comunitarias tienen un gran potencial de difusión de estos contenidos
, dijo Malerba, también vinculado al Laboratorio de Estudios en Comunicación Comunitaria de la estatal Universidad Federal de Río de Janeiro.
Desde 1998, una Ley de Radiodifusión reglamenta a las emisoras de radio y televisión comunitarias. Entonces había en este país de casi 200 millones de habitantes, 2 mil radios comunitarias.
Catorce años después, el número de radios comunitarias legales se duplicó y resulta superior al de las emisoras comerciales, que llegan a 2 mil 600.
Pero por las dificultades burocráticas muchas radios comunitarias se arriesgan a emitir sin permiso y acaban por ser cerradas por la Policía Federal. Sólo entre septiembre y octubre de 2011, esta fuerza de seguridad sacó del aire a 160 emisoras sin fines de lucro.
La política pesa mucho en el tiempo de espera para obtener el permiso. Un reciente estudio evidenció que aquellos proyectos que cuentan con un padrino político
en Brasilia tienen cuatro veces más oportunidad de obtener el permiso ministerial en un lapso breve, denunció Malerba.
Eso nos preocupa mucho, ya que provoca una pérdida de identidad, porque muchas emisoras se vinculan con políticos o grupos religiosos y, de esa forma, se pierde la pluralidad que es la esencia de una radio comunitaria
, criticó.
La legislación fija como limitante para las emisoras sin fines de lucro el que no pueden sobrepasar el kilómetro de radio de alcance y los 25 vatios de potencia. Malerba critica que el alcance resulta insuficiente en muchos casos, porque las emisoras sirven a comunidades que se extienden en un radio mayor de un kilómetro.
Citó el caso de las emisoras creadas en las favelas, como sucede en Río, que se extienden por varios kilómetros y tienen una población promedio de 100 mil habitantes. También citó a la región amazónica, donde los pobladores viven muy diseminados.
Para sortear todas estas trabas, las emisoras comunitarias brasileñas están desembarcando en Internet, porque descubrieron que el mundo de la web les facilita operar con la libertad y el alcance que les niegan en las tradicionales ondas hertzianas.
Cualquiera puede crear una web-radio. Pero el acceso a Internet en las comunidades a las que quieren llegar este tipo de emisoras es aún bastante limitado, especialmente en las regiones del norte y el noreste, donde el uso de la web es todavía muy menor
, consideró Malerba.
Las web-radios nacieron en Brasil en 2005 y un año después cerca de 100 emisoras comunitarias transmitían por la red su programación.
Malerba resaltó que el perfil de las web-radios es distinto al tradicional y abarca un universo más amplio, porque su audiencia está en diferentes partes del país.
No hay cifras sobre el número actual de web-radios comunitarias en Brasil, pero si se sabe que alcanzan varios centenares.
Se pronostica que la diseminación de esta modalidad de emisoras se multiplicará a medida que avance el Plan Nacional de Banda Ancha, que pretende que en 2015 unos 40 millones de hogares brasileños tengan acceso a Internet y que en 2017 más de 90 por ciento de las ciudades del país sean atendidas por el programa.