Las operaciones fueron dirigidas por ATF, revela legislador
Miércoles 1º de febrero de 2012, p. 20
Washington, 31 de enero. El polémico programa Rápido y furioso, que permitió la entrada de armas a México para supuestamente detener a grandes traficantes, fue el cuarto desde 2006 que aplicó una estrategia similar, revela un informe de un legislador demócrata estadunidense.
Rápido y furioso, que se aplicó entre 2009 y 2010, fue la cuarta operación desde 2006, en las que no se decomisaron armas que pudieron y debieron haber sido interceptadas por agentes de seguridad
, manifesta el reporte del congresista Elijah Cummings.
Las operaciones fueron dirigidas desde la oficina de Phoenix, Arizona (fronterizo con México), de la Agencia de Alcohol, Tabaco y Armas (ATF, por su sigla en inglés), sostiene el documento de Cummings, demócrata de mayor rango en la Comisión de Supervisión y Reforma del Gobierno de la Cámara de Representantes.
La comisión investiga desde el año pasado la operación Rápido y furioso, que permitió el tráfico de casi 2 mil armas a México. A gran parte de éstas se les perdió el rastro entre noviembre de 2009 y finales de 2010.
La mayoría republicana de dicha comisión ha impulsado numerosas audiencias e interrogado a más de dos decenas de funcionarios para ver si la operación fue autorizada o conocida por el fiscal general, Eric Holder, o el presidente Barack Obama.
“Contrario a lo que ha sido repetido por algunos, la comisión no ha conseguido ninguna evidencia de que Rápido y furioso fue una operación motivada políticamente, concebida y dirigida por funcionarios de alto nivel del Departamento de Justicia del gobierno de Barack Obama”, declaró Cummings.
Según el texto, luego de entrevistar a 22 funcionarios, “la comisión no ha visto evidencias de que el fiscal general haya autorizado o conocido las polémicas tácticas de Rápido y furioso, como el funcionario ha afirmado.
Holder será interrogado hoy nuevamente por la comisión, cuyo jefe, el republicano Darrell Issa, amenazó este martes a Holder con iniciar un proceso para declararlo en desacato si el Departamento de Justicia no envía a los legisladores decenas de miles de documentos relacionados con la operación.
Las cuatro acciones fueron Wide receiver entre 2006 y 2007, Caso Hernández en 2007, Caso Medrano en 2008 y Rápido y furioso, aunque esta última fue la más amplia y permitió la mayor entrada de armamento a México.
El escándalo por Rápido y furioso estalló cuando armas compradas durante el operativo fueron encontradas tras el asesinato de un agente estadunidense en diciembre de 2010 y llevaron a la remoción del director de ATF y a la dimisión de varias autoridades policiales de Arizona.