Viernes 3 de febrero de 2012, p. 31
Lisboa. Los trenes funcionaron y también los autobuses. Los empleados llegaron a trabajar y tiendas y bancos abrieron en Lisboa. El escaso seguimiento de la huelga de transportes del jueves refleja una falta de interés general en las protestas de los trabajadores, preocupados por los puestos amenazados por la creciente crisis de deuda portuguesa. Portugal se ha visto cada vez más presionado en el último mes ante el temor de que pueda verse obligado a pedir otro rescate más allá de su línea de ayuda de 78 mil millones de euros, o que deba restructurar su deuda. Portugal decidió vender a la empresa china State Grid y al grupo Oman Oil, 40 por ciento de la red eléctrica REN por 592.21 millones de euros, como estaba previsto en el plan de ayuda internacional, anunció el gobierno.