Mi voto fue contra el acarreo, la manipulación, señaló al sufragar
a disposición del partido
Lunes 6 de febrero de 2012, p. 10
Las inmediaciones del parque Uruguay, en el corazón de Polanco, estaban rodeadas de camiones. El acarreo en pleno de simpatizantes de Josefina Vázquez Mota y Ernesto Cordero, así como el rasurado
del padrón y la compra de votos eran inocultables. A las 11 horas llegó a sufragar el precandidato Santiago Creel con una sonrisa incómoda, protocolaria; sólo su disciplina partidaria lo contenía y obligaba a disimular su enojo con un mensaje: es un voto contra las prácticas autoritarias del PRI, contra el acarreo, la manipulación; es por un voto libre
, gritó.
Para entonces sabía que su suerte estaba echada. Su clamor por la cancha pareja era una quimera, porque estaba más dispareja de lo que pensaban en su equipo la víspera.
–¿No lo decepcionan estas prácticas priístas en su partido?
–Yo estoy haciendo lo que debo hacer en este momento, que es ejercer un voto libre, denunciar cualquier violación a nuestros estatutos, y la comisión de elecciones y las autoridades correspondientes son las que deben asumir su responsabilidad.
Veinte horas. Sede nacional del PAN. El senador con licencia arribaba al edificio de la colonia Del Valle y se amparaba en la consabida frase de los políticos a los que la realidad los ha atropellado: en primer lugar quiero reconocer que los números de esta contienda interna no me favorecen, me pongo a disposición de mi partido y de quien finalmente resulte triunfador en la contienda interna
.
Las cifras abrumaban a los creelistas, mucho peor que la sacudida de hace seis años, y terminaron por tirar la toalla. Los reportes de las múltiples irregularidades acumuladas durante el día se entregaron a la comisión nacional electoral como mera inconformidad testimonial, con pocos augurios de repercusiones legales: las urnas embarazadas en Guerrero, el acarreo sin fin en Guanajuato, Sonora, Durango, San Luis Potosí, Veracruz, Distrito Federal... Las prácticas del viejo régimen, ahora pintadas de azul.
Hasta la esposa del senador fue rasurada del padrón
Bastión de los panistas en la capital, la delegación Miguel Hidalgo fue muestra de la urbanidad electoral blanquiazul. Al parque Uruguay han llegado numerosos medios de comunicación a la espera de uno de los precandidatos, lo que no inhibió las prácticas de acarreo desde las colonias populares de los alrededores. En calles aledañas habías numerosas unidades de transporte público con los votantes convencidos de lo que su instructor les había dicho y que cumplieron a cabalidad.
Sin rubor llegaban en grupos a cumplir la palabra empeñada bajo consigna, que les sería retribuida, al menos con un lunch, aunque había acusaciones mutuas entre simpatizantes de que los costos por voto eran de unos 200 pesos. Llegaron el dirigente nacional del PAN, Gustavo A Madero; el líder capitalino, Jorge Dueñas, y Juan Molinar, miembro de la dirigencia, todos empeñados en negar lo que para entonces ocurría sin inhibiciones en el parque. Nadie reconoció las prácticas añejas.
Creel arribó a la mesa de votación cerca del mediodía, acompañado de su esposa. Camino a la urna un militante del PAN lo saludó de mano con aparente cordialidad antes de descargarle una frase que le desdibujó el rostro: Mi gallo es gallina y se llama Josefina
.
Tras una arenga para evocar los viejos liderazgos del PAN y sus valores democráticos, concedió una nueva entrevista donde se le cuestionó sobre las irregularidades evidentes.
–¿Presentará alguna denuncia por esto que estamos viendo?
–Todo lo está tomando en registro mi equipo y tenemos en sesión permanente la comisión de elecciones. Por supuesto que se van hacer todas las denuncias y quejas que tengan que llevarse a cabo por la variación o por las irregularidades en el proceso.
Sin embargo, minutos después lo que lo descompuso aún más fue la imposibilidad de sufragar de su esposa, Paulina Velasco, quien no se encontraba en las listas que tenían los funcionarios de la mesa de votación. En el mismo sitio se acreditó, vía un iPad, que ella es militante del PAN, según los datos del padrón blanquiazul, pero fue inútil: su voto no llegó a la urna y fue motivo de otra más de las inconformidades de su equipo ante la comisión de elecciones.
A esa hora el equipo de Creel anunció que por la tarde daría información del concentrado de denuncias de irregularidades en un hotel capitalino, donde instalaron una sala de prensa a partir de las cuatro de la tarde. Dos horas y media después se anunció: el senador había sido citado en el PAN, donde ofrecería un mensaje; aquí ya no habrá nada
.
Era el presagio de que Creel cerraría filas y archivaría las incoformidades. Entonces se sumó a Josefina Vázquez Mota.