Datan de hace 900 a mil años
El hallazgo es el más importante en cuanto a material ornamental desde el realizado en 1920 en esa zona arqueológica, asegura espeleólogo
Martes 7 de febrero de 2012, p. 8
Mérida, Yuc., 6 de febrero. Más de 70 vasijas mayas, de diversos estratos sociales y con 900 a mil años de antigüedad, fueron descubiertas en un cenote ubicado en los alrededores de la zona arqueológica de Chichén Itzá por un grupo de arqueólogos y espeleólogos submarinos.
En rueda de prensa, Sergio Grosjean Abimerhi, experto en investigación de cenotes (cavernas subterráneas de agua) e integrante de la asociación civil Centro de Investigaciones del Mayab (CIM), relató que este hallazgo –efectuado hace aproximadamente dos semanas– es el más importante en cuanto a material ornamental desde los realizados en el cenote sagrado de Chichén Itzá, en los años 20 del siglo pasado y en 2002 en el cenote del municipio maya de Homún.
En el primero, los arqueólogos, en su mayoría extranjeros, registraron más de 6 mil vasijas halladas, y en el segundo alrededor de 38, considerablemente menos, pero de gran relevancia cultural.
Grosjean Abimerhi mantuvo en el anonimato la localización exacta del cenote, por motivos de seguridad y para evitar potenciales saqueos, pero señaló que allí se tiene que descender a rapel más de 20 metros y, posteriormente, bucear más de 35 metros hasta llegar a una zona totalmente oscura donde se focalizan las vasijas prehispánicas y algunas del periodo colonial.
Objetos de la élite
Otro aspecto básico del descubrimiento es que las vasijas y demás formas de cerámica indican una forma de estatus de los antiguos mayas, pues aparentemente eran utilizadas por clases sociales poderosas e influyentes.
El espeleólogo Grosjean formuló una hipótesis de que los objetos descubiertos fueron arrojados al formar parte de algún culto. Las vasijas o jarrones, ya en estilo contemporáneo, servían para almacenar agua o, bien, para prender incienso en algún ritual.
Detalló que varias de las vasijas tenían perforaciones intencionales, llamadas matadas
, que los mayas hacían porque consideraban que esas cerámicas perdían el alma
y el final de su vida útil había llegado. Otra hipótesis es que al perforar las vasijas, éstas liberaban su energía del inframundo.
El investigador expresó que el hallazgo también cobra importancia internacional, porque los objetos no han sido manipulados por manos humanas. La mayoría de vasijas están completas y otras quebradas, pero así han permanecido durante mil años o más.
Grosjean Abimerhi indicó que una vez analizadas las vasijas y que se determine exactamente su temporalidad, el cenote en cuestión podría convertirse en una especie de museo subacuático con el apoyo de las instancias gubernamentales federal y estatal.