Martes 7 de febrero de 2012, p. a10
Londres. El Reino Unido celebra el martes el bicentenario del nacimiento de Charles Dickens, aclamado escritor en lengua inglesa, cuyas novelas han sido adaptadas al cine y teatro. La última de una larga lista de adaptaciones es Grandes esperanzas, protagonizada por Ralph Fiennes y Helena Bonham Carter, que se estrenará este año.
Varios actos se llevarán a cabo en todo el país para conmemorar este aniversario, incluso una fiesta callejera en la ciudad costera de Portsmouth, donde nació el literato el 7 de febrero de 1812.
El príncipe Carlos, heredero de la corona británica, y Fiennes participarán en una ceremonia en la tumba de Dickens, en la abadía londinense de Westminster, donde se depositará una corona de flores.
Claire Tomalin, una de las biógrafas del escritor, estima que en la actualidad no hay nadie que pueda compararse con Dickens.
“Tenía una energía extraordinaria y era un trabajador incansable. Sus tres primeras novelas –Los papeles del Club Pickwick, Oliver Twist y Nicholas Nickleby– fueron publicadas inicialmente como un folletín mensual”, explicó Tomalin.
“Cuando estaba a mitad de Los papeles del Club Pickwick empezó a escribir Oliver Twist, o sea que cada mes escribía dos entregas de novelas bastante diferentes”, agregó. ¿Puede imaginarse hacer esto ahora?
Elementos autobiográficos
Las novelas de Dickens estaban influidas por sus primeras experiencias, desde su infancia feliz en el sureste de Inglaterra, antes de que su padre fuera encarcelado por impago de deudas, hasta la pobreza posterior.
A los 12 años fue obligado a trabajar en una fábrica, donde se pasaba el día pegando etiquetas en los botes de betún, experiencia que le inspiró otra de sus más famosas novelas, David Copperfield, publicada en 1850.
Posteriormente, aunque sólo había asistido a la escuela de manera intermitente, Dickens fue empleado como auxiliar de oficina en un bufete de abogados. Tenía 15 años.
Dickens tenía una vida menos pública, en la que ayudaba a llevar y financiar una casa para mujeres perdidas
, que ofrecía a las prostitutas la posibilidad de comenzar una nueva vida.
Esta vocación victoriana ocupó bastantes años de su vida, pero todavía encontró tiempo para tener 10 hijos y mantener una prodigiosa producción de libros y artículos, sin olvidar las numerosas conferencias que daba.