Madrid, 6 de febrero. En España, según en qué zonas, aún se tiene mucho miedo. Mi abuelo no pasó por una cárcel, lo desaparecieron. Y ninguna de las denuncias que pusimos en un juzgado penal ha prosperado, dijo la navarra Olga Alcega Madruga al declarar hoy ante la sala del Tribunal Supremo que escuchó, en tercera jornada, testimonios de víctimas de la represión de la dictadura de Francisco Franco (1939-1975) en el juicio contra el magistrado Baltasar Garzón por el delito de prevaricación, tras su intento de investigar estos delitos.

Los tribunales españoles volvieron a escuchar a las víctimas del franquismo a petición de la defensa del juez Garzón, para demostrar que no prevaricó en las instrucciones que dictó para esclarecer una serie de delitos de lesa humanidad, como la desaparición masiva de personas, el secuestro y la venta de recién nacidos, así como la petición de exhumar los restos de miles de personas enterradas en fosas comunes.

La primera en comparecer fue Alcega Madruga, nieta de Antonio Alcega, un cartero desaparecido hace 74 años. La Guardia Civil se lo llevó a Magallón y le dio el tiro de gracia. En la fosa común donde lo enterraron había 79 hombres y dos mujeres. Hoy puedo decir que a mi abuelo le asesinaron... Le abrieron un expediente de responsabilidades políticas cuatro años después de muerto. A mi abuela nunca le dieron ninguna ayuda. Les quitaron todo, explicó ante los magistrados.

El caso de Alcega Madruga no es el más habitual, una vez que ella sí logró exhumar los restos de su abuelo y hasta recibió alguna subvención de dinero público (municipal) para llevar a cabo las labores.

También testificó Pedro Fausto Canales Bermejo, de la asociación de familiares y víctimas de Valladolid: yo, como hijo de desaparecido, siempre he tenido en mente la resolución de denunciar estas desapariciones forzadas: no había condiciones en la dictadura, ni en la transición, por lo que desde mi jubilación me he dedicado a intentar hacer justicia a este secuestro, a buscar culpables y si se depuran, nos consideraríamos reparados.

Los familiares de víctimas del fraquismo han criticado el espíritu del juicio, así como la pasividad de la justicia española para responder a quienes padecieron la represión franquista, al tiempo que exculparon al juez Garzón de cualquier delito.