El mercado editorial mundial se divide entre los sellos que se arriesgan por el libro electrónico y los que todavía no se deciden a llevar sus libros impresos al e-book. Nuestra apuesta es por lo digital, subraya Norma Bautista, directora administrativa de la Editorial Novum, proyecto innovador dedicado, por el momento, a títulos especializados en la temática jurídica.

“Novum, cuyo director general es Miguel Ángel López Olvera, surge por iniciativa de un grupo de abogados y empresarios mexicanos que justamente veían la necesidad de tener material actualizado, que fuera acorde con las leyes actuales, pero en un formato que cumpliera con las necesidades de la vida moderna que es el de e-book, del libro electrónico”, explica Norma Bautista a La Jornada.

Esta editorial, añade, “nace ciento por ciento digital, aunque no descuidamos la parte impresa, porque hay un mercado muy grande acostumbrado al libro en formato tradicional y creemos firmemente que el e-book nunca se va a comer al impreso en papel. Van a convivir, como lo hacen el cine y la televisión, porque hay mercado para todos”.

El plan editorial para este año es colocar 120 títulos, de los cuales 15 ya están disponibles en la página electrónica editorialnovum.

Esos 120 títulos no los estamos inventado. Hay muchas investigaciones de abogados mexicanos o extranjeros que han venido a trabajar en México, que desean publicar esos textos. Por ejemplo, de Colombia tenemos mucho material sobre crimen organizado, sobre grupos paramilitares, y muchos textos que hablan de cómo trabajó ese país ante la delincuencia organizada, cómo legisló en materia de seguridad para salir de su problema de narcotráfico. Esos textos tienen público en México. Hay a quien le interese tomar de referencia lo que se ha hecho en otros países, investigaciones que se han hecho sobre la vigencia de nuestras leyes y propuestas de modificación. Hay muchísimo material.

Compra por capítulos

Novum cuenta con cinco colecciones: Manuales, Derecho a la información, Derecho administrativo, Derecho constitucional y procesal y los Clásicos. No publicamos exclusivamente sobre leyes, sino de todos los temas que interesen a los juristas: seguridad, narcotráfico, información; también hay títulos como Derecho y política y Ética y política, que pueden interesar a cualquier persona, escritos en lenguaje sencillo y ameno.

En materia tecnológica la editorial cuenta con su propio visor de e-books, que funciona para todos los readers o tablets disponibles en el mercado (se encuentra en la página electrónica y pronto estará disponible de manera gratuita en la tienda de aplicaciones de iTunes).

Sus e-books podrán ser utilizados como un libro en formato tradicional, por ejemplo, prestarlos a quien el comprador desee. No es necesario, como ocurre hasta ahora, adquirir el libro completo: se puede hacer por capítulos, y eso está pensado para aquellas personas que investigan un tema en particular o para los estudiantes. Otra innovación es que si el lector considera que no necesita tener el libro para toda la vida, podrá rentarlo.

Si realmente un libro digital pretende competir con uno impreso, nosotros tenemos que dar al primero todas las bondades que tendría tu libro físico de 300 páginas. Qué quiere decir: lo compras y puedes hacer con ese libro lo que quieras.

–¿Por qué arriesgarse en México, donde todavía las grandes editoriales no se atreven a entrarle al e-book de esta manera y donde no hay ese poder adquisitivo para tener una tablet?

–Cuando arracamos hicimos un estudio de mercado y nos demostró que lo que sabíamos de los consumidores de libros no empataba realmente con los consumidores de libros en el área de derecho. Las personas involucradas con los temas jurídicos en verdad son grandes consumidores de libros, y como en México no se producen e-books, los compran en Argentina, Chile, Brasil; en Estados Unidos hay mucho material, pero no hay nada en formato digital que hable sobre las leyes mexicanas, sobre casos específicos del país.

“Si hablamos de la producción de e-books, hay dos grandes fenómenos: el que sucede en América Latina y el de Europa y Estados Unidos. En el viejo continente los editores están apostando por el formato digital, lo mismo en Estados Unidos. En México y el resto de América no. Hay un miedo por la producción, por quedarse a lo mejor sin trabajo; se tiene temor a ese formato. Desde luego en este momento se necesita trabajar mucho en materia de legislación.”

Potencial como libro de texto

Creemos que en el país tampoco se apuesta por el e-book, porque no hay proveedores para convertirlos, añade Norma Bautista. “Generalmente, quienes están produciendo libros digitales en México los mandan convertir en España, porque ahí es un proceso que ya lleva siete años. Nosotros estamos convirtiendo en Mexico, trabajando con puros mexicanos para hacer e-books totalmente hechos aquí. Es una formación en el mismo programa para hacer un libro impreso, pero lleva una programación adicional para poderse leer en cualquier tablet. El costo de producir un libro digital es 10 o 15 por ciento más alto que el de uno impreso, pero esto tiene que ver con que no hay muchos proveedores dedicados a esto. Conforme los diseñadores se vayan involucrando con este proceso de programación, que además es bastante talachero, lograremos que los costos se abaraten, pero también tenemos una ventaja: el hecho en México nos permite tener precios competitivos”.

En cuanto al tema de la piratería en la red, explica que las posibilidades de que esto ocurra se reducen, ya que el libro digital no pasa por la computadora del comprador, sino se descarga directamente a la tablet.

Por el momento, los títulos de la editorial –cuyo equipo está integrado por 11 personas– se producen también en formato impreso para crear presencia en las librerías, pero la apuesta completa es que en algunos meses el producto sea solamente digital, y no se descarta la posibilidad de que se abra a otras materias.

“Realmente donde hemos visto que el e-book tiene gran potencial es como libro de texto, libro de referencia profesional, lo cual quiere decir que nuestra prioridad será incluir otras materias, otras ciencias sociales; a lo mejor abrirnos a las ciencias exactas, pero esa sería la prioridad. y por qué no, en un futuro incluir la narrativa.”