Edimburgo. El primer ministro británico, David Cameron, pidió ayer a los escoceses rechazar la independencia con la oferta de entregar más autoridad a Edimburgo. El gobierno nacionalista de Escocia, que ya controla algunos gastos de su propio Parlamento, desea realizar un referendo a finales de 2014 sobre la independencia. La unión ayuda a Escocia a ser más fuerte, a estar más a salvo, a ser más rica y justa, dijo Cameron a líderes empresariales. Por supuesto que Escocia podría gobernarse a sí misma, admitió.