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na joven genial salida de los arrabales y que ostenta dientes negros detrás de una sonrisa luminosa
, así definió la dramaturga británica Shelagh Delaney (A taste of honey) a su colega Andrea Dunbar, nacida a principios de los 60, fallecida a los 29 años y autora a los 15 de la exitosa obra teatral The Arbor, inclemente recuento autobiográfico de su propia experiencia juvenil en la calle Brafferton Arbor, del barrio obrero de Buttershaw, en el condado de Yorkshire, Inglaterra.
En su primer largometraje, The Arbor, perspicaz combinación de documental y ficción, la realizadora inglesa Clio Barnard refiere la corta y trágica existencia de la escritora, alternando novedosamente la escenificación de fragmentos de su pieza más célebre y testimonios de los hijos de la autora que procuran esclarecer aspectos controvertidos de su vida como escritora y madre disfuncional, y su experiencia como mujer sometida al abuso físico de sus parejas, así como la incomprensión de la gente del barrio proletario y racista que no le perdonan la crudeza de su recuento escénico. El desdén local y una conflictiva celebridad alcanzada de modo prematuro deciden en buena medida la fuerte afición de la autora por el alcohol y la escasa atención que brinda a sus tres hijos de tres padres diferentes.
La directora Clio Barnard elige narrar la experiencia de Andrea Dunbar desde el punto de vista de la tercera hija, Lorraine (formidable Manjinder Virk), socialmente señalada por su origen étnico (su padre es de origen pakistaní). Destinada a repetir de forma dramática el comportamiento de su madre, la joven remplaza la dipsomanía por el abuso de las drogas duras, ejerce la prostitución, multiplica sus parejas sexuales y reserva a sus hijos el mismo trato que recibió de niña. Para recrear novedosamente este universo familiar disfuncional –microcosmos de todo un barrio y de una nación incapaz de superar el racismo, el desempleo y la desigualdad social– The Arbor diversifica sus recursos narrativos. A la escenificación parcial de la obra original añade material televisivo de archivo con familiares de la dramaturga y referencias a otra obra teatral escrita un cuarto de siglo más tarde, A State Affair (2000), por Robin Soans, que a su vez recicla testimonios de personas cercanas a Andrea Dunbar y de modo particular la experiencia de la joven Lorraine, violada como su madre desde niña, sumida en la confusión mental y encarcelada por haber causado la muerte de un hijo suyo de dos años, adicto a las drogas desde su nacimiento, al dejar a su alcance una dosis fatal de metadona.
El continuo desplazamiento del registro documental al trabajo de actores que incorporan en el relato elementos de ficción y una elaboradísima y muy eficaz tarea de sincronización de las voces de los personajes reales a partir de grabaciones de la cineasta, provoca un efecto de distanciamiento dramático tendiente a diluir la carga sensacionalista en el flujo de los eventos trágicos. Hay de este modo una interacción muy interesante entre lenguaje teatral y documento fílmico, entre el registro de los archivos televisivos y la solvencia actoral que confiere inmediatez y densidad expresiva a los testimonios. No hay por parte de la cineasta juicio valorativo alguno ni tampoco una empatía fácil; en su lugar, el espectador tiene la libertad de combinar las piezas narrativas a su disposición y extraer su propia conclusión, si alguna, del caso referido. Puede a su vez contrastar esta interesante experiencia de cine documental con lo propuesto por el canadiense Jonathan Caouette en su confidencia autobiográfica Tarnation (2003) o en la suerte de secuela Walk Away Renee (2011, programada este año en FICUNAM), o en esa otra historia de transmisión vertical de conductas disfuncionales que propuso la directora Asia Argento en El corazón es mentiroso (The heart is deceitful above all things, 2004).
Uno de los atractivos más sólidos de los festivales de cine en México es permitir al espectador un respiro de las rutinas de programación que cada semana impone la cartelera comercial. Los hallazgos pueden ser formidables. Ambulante, gira de documentales 2012 es al respecto cada año una caja de muy buenas sorpresas.
The Arbor se exhibe este domingo en Cinépolis Universidad a las 16 horas y en Cinépolis Diana a las 19:55 horas. www.ambulante.com.mx