La presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Rosario Green, sostuvo que la discusión sobre la eventual despenalización de las drogas en México debe darse de manera amplia, incluyendo a organizaciones de la sociedad y tomando en cuenta la experiencia de otros países.

Consideró que no se debe pensar si le conviene a Estados Unidos, sino en función del interés del país y de que se trata de un problema de salud pública y no sólo de una forma más de hacer frente al crimen organizado.

La ex canciller advirtió que seguramente muchas fuerzas se opondrán a que se discuta la posibilidad de legalizar el consumo de algunas drogas, entre ellas la derecha y la Iglesia, y por ello es importante que en el debate participen todos los sectores de la sociedad.

Green insistió en la necesidad de analizar lo que se ha hecho en otras naciones. Por ejemplo, dijo, Portugal despenalizó todas las drogas, no nada más la mariguana, y estamos dándole seguimiento a ver qué tal le va.

Asimismo, en Holanda y los países nórdicos hay programas donde la persona se inscribe y tiene acceso primero a la droga y después a la metadona, para ir abandonando el tema de la droga fuerte”.

Por lo que toca a Estados Unidos, varias de sus entidades han despenalizado el cultivo y la venta de la mariguana con propósitos médicos.

Cuestionada sobre la posible reacción del vecino del norte, en caso de que se decidiera legalizar los estupefacientes, respondió que Estados Unidos siempre va a manejar un doble estándar. Por un lado hasta dinero nos da para abatir los cultivos de mariguana, que es lo que básicamente se cultiva además de la amapola, pero al mismo tiempo deja en libertad a sus estados soberanos para hacer lo que mejor les convenga. Entonces hay un doble rasero: tú no hagas lo que yo sí puedo hacer.

Hizo notar que, de hecho, el consumo de mariguana en pequeñas cantidades no está penalizado en México, pero el debate para hacerlo ya como política general, amplia, es para golpear a los productores de esa droga, a fin de restringir su fuente de ingresos y evitar que se dediquen a esa actividad ilícita.

Sin embargo, insistió, antes de tomar una decisión, hay que invitar a las organizaciones no gubernamentales, a los profesores, a las asociaciones de padres de familia, y a todos los demás involucrados a que expresen sus puntos de vista. En el gobierno, además, se debe decidir cómo se expendería la droga, a fin de garantizar que la misma persona no compre más de la cantidad propuesta.