Clave
, limitar el poder del dinero en la política, opina el filósofo Adam Przeworski
En congreso, especialistas de la UNAM y de la UAM analizan los nuevos movimientos sociales
Miércoles 29 de febrero de 2012, p. 21
Para abatir la desigualdad económica y social que prevalece en decenas de países es primordial invertir en acciones productivas como la educación, desarrollar políticas públicas que incrementen la producción de los más pobres y crear infraestructura y capacidad admistrativa para diagnosticar problemas y orientar estrategias, señaló Adam Przeworski, académico de la Universidad de Nueva York.
Al participar en el tercer Congreso Nacional de Ciencias Sociales, que se realiza en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el estudioso aseveró que la mayoría de las naciones combaten la desigualdad con redistribución, pero ese método, apuntó, sólo ha incrementado las brechas sociales, porque no existen topes salariales.
Ese conflicto frecuentemente se atiende a partir de la redistribución, que en países como Suecia es equitativa, porque hay un control de los salarios, pero en la mayoría de las naciones esa estrategia sólo ha servido para ampliar las diferencias entre un creciente sector de pobres y un reducido grupo de ricos.
El filósofo y politólogo polaco ofreció la conferencia magistral ¿Redistribución o promoción de la igualdad?, en la cual subrayó que para reducir la desigualdad es clave
limitar el poder del dinero en la política.
Przeworski, considerado uno de los teóricos más emblemáticos de la democracia y la economía política a escala mundial, propuso desarrollar formas de organización en las que los grupos civiles permitan conjuntar recursos dirigidos a los sectores más pobres.
La lucha del Frente en Defensa de Wirikuta
Entre las actividades del congreso, organizado por el Consejo Mexicano de Ciencias Sociales, ayer se presentó una mesa de análisis sobre los nuevos movimientos sociales, en la que se destacó la lucha del Frente en Defensa de Wirikuta, que representa un modelo de protesta contemporánea
.
Irene Álvarez, de la Universidad Autónoma Metropolitana unidad (UAM) Cuajimalpa, sostuvo que las acciones de dicha organización son de ruptura con el concepto tradicional de movilización social.
Con sus diferentes acciones el frente construye una causa, busca trascendencia y gana visibilidad en la opinión pública, con el objetivo de evitar la explotación de yacimientos mineros en el área natural protegida, declarada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) uno de los 14 sitios sagrados del mundo, enfatizó.
Laura Loaeza, del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM, aseveró que el trabajo de las nuevas redes de organizaciones civiles, surgidas en la anterior década, facilita la cooperación con tomadores de decisiones y apertura de nuevos espacios.
Las agrupaciones más recientes alcanzan sus objetivos con mayor rapidez, en comparación con las redes históricas, actualmente desarticuladas. Sin embargo, son los organismos civiles de elite
, sobre todo los encabezados por empresarios, los que logran mayores beneficios y atención de las autoridades, mientras las organizaciones no gubernamentales de a pie
, que luchan por el medio ambiente y minorías, tienen que hacer mayor labor para que sus voces sean incluidas en la agenda pública.
También se abordó el tema Mujeres, niños, ancianos y jóvenes. ¿Nuevas víctimas? Paula Soto, de la UAM, expresó que aun cuando las mujeres tienen mayor temor a ser agredidas en la calle, la violencia en su contra se da primordialmente en espacios privados.
El encuentro, en el que se presentarán más de 500 ponencias, continuará con sus actividades hoy y mañana.