¿Cuál es la esencia del festival de cine de Cannes, para que sea el más importante del mundo?

La pasión, responde categórico en entrevista con este diario el francés Thierry Frémaux, delegado general de ese encuentro, titular del Instituto Lumière (de Lyon, Francia), y uno de los seleccionadores más importantes en el orbe.

Frémaux, quien ofreció una clase magistral sobre los secretos de Cannes en el Instituto Francés para América Latina (IFAL), explica: “La escuela de mi cinefilia es la de la generosidad. No se puede decir nada más que una cinta sea buena o no. Me gusta más pelearme con la gente y periodistas y decirles las razones por las cuales esa película está en competencia. Me equivoco a veces, bueno, no tanto; eso digo porque vemos mil 500 filmes y debo decir mil 450 veces, no y sólo 50 sí.

Voy a ver muchas cintas y no todas son buenas, pero hay 300 que merecerían estar en el festival. Al final, en las listas de los diarios de las 10 mejores del año, hay cinco que fueron exhibidas en nuestro encuentro, del cual anunciaremos la próxima selección el jueves 19 de abril. Confieso que en este momento, en competencia tengo seleccionada sólo una. Es como una preparación para la final de la Copa del Mundo de futbol.

Responsable desde 1999 de elegir los largometrajes para Cannes, Frémaux fue parteaguas en el regreso de las películas de Hollywood a ese festival, de la exhibición del cine de animación y de la inclusión de producciones exóticas, entre otros riesgos.

Sobre la interacción con Hollywood comenta: A las cintas de los estudios les da prestigio exhibirse en Cannes. A los directores les gusta estar allí porque saben que es el festival más grande del mundo y porque tiene el público más difícil, más peligroso, a la vez que el más lindo. Saben del riesgo de estar allá, de luchar con esta audiencia.

Sobre Hollywood

–¿Cuáles son las ventajas y desventajas de esa relación?

–Cannes tiene nexo con todo el mundo, pero, claro, el cine de Hollywood es muy importante para nosotros, sobre todo porque tienen estrellas, a las cuales es importante tener en la alfombra roja. Siempre es interesante contar con Sean Penn, Clint Eastwood o Tarantino; pero también tienen buenas películas.

Fremaux ha sido promotor del cine latinoamericano en ese encuentro. Sobre el mexicano comenta: “Lo veo como uno de los más importantes hoy día. Desde hace 10 años ha tenido un regreso fantástico, como esa generación de Cuarón, Iñárritu, Del Toro o Reygadas, y cada uno tiene su estilo. México es afortunado de tenerlos. Ahora hay una evolución, y creo que la vuelta a la mente de las personas en el mundo en cuanto a México pasa por su cine. Por eso, el gobierno debe sostenerlo, como lo hace el francés, con nuestro cine.

–En cuanto a la selección, ¿qué importa más: el tema, la forma, la historia...?

–Por experiencia sabemos cuál es una buena cinta. No es algo subjetivo; se sabe lo que es una historia bien filmada, o bien escrita.

–¿Influye el cine de autor?

–No. No hay una línea a seguir, o una idea. Cuando llegué (al puesto) la prensa consideraba que la selección era por mis ideas. Tener buenas cintas en Cannes quiere decir que podemos proyectar El artista y que podemos tener películas del turco Nuri Bilge Ceylan, un cineasta difícil. No podemos tener una selección con 20 peliculas como las de Nuri o 20 películas livianas. ¿Qué es el cine hoy? Es El artista y también las cintas de Kaurismaki, Moretti, Almodóvar...

–¿Qué tanta libertad existe en su trabajo de selección?

–Tengo libertad total, pero los límites son mis propias fronteras. Por ejemplo, si estoy solo trato de ser justo. No necesito una opinión brillante sino una buena opinión. Subjetiva, la de los periodistas o críticos, y las respeto. Siempre digo que soy el seleccionador, pero la verdad es que son las mismas películas las que me piden ser seleccionadas. El nivel de Cannes es tan alto que es muy difícil obtener 20 cintas. Además, el festival es muy heterogéneo y hay una tradición de protección de los grandes trabajos que protegen a los pequeños. Por ejemplo, para tener los de Nuri debemos contar con otras de otro tipo; es un equilibrio.

Sobre el éxito de la multipremiada El artista, dice: “Primero se cuestionaba su selección en competencia en Cannes y dos horas después la gente estaba de acuerdo conmigo. El artista ha retomado las herramientas antiguas del cine, pero es una película de hoy que sabe que sin historia no somos nada. El cine es un movimiento perpetuo. Los directores más importantes son aquellos que conocen la historia y cómo sirve ésta para aprender y hacer algo personal. Por eso el cine tiene hoy una muy buena salud”.