Presentaron El cara de memorándum y otras historias en la feria del libro de Minería
Miércoles 7 de marzo de 2012, p. 6
Los chamanes del asfalto
Manuel Ahumada y Jaime López volvieron a juntarse para terminar de concretar un proyecto común y casi acabado hace tres décadas, en 1982: la publicación y puesta en circulación de la novela-cómic El cara de memorándum.
Ahora, ese proyecto fue redondeado por la Editorial Resistencia como El cara de memorándum y otras historias, ya que incluye la memorable historieta del caricaturista de La Jornada llamada La raza cósmica, concebida en 1983.
Durante la presentación del volumen en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, el cantautor Jaime López contó que mientras él componía algunas canciones, Ahumada creaba las imágenes, y a partir de ahí comenzaron a entretejer El cara de memorándum.
Explicó que el origen de todo eso fue una rola que decía, y López cantó: Lo que más risa me dio fue el señor que se subió al camión, pero no había camión, no quitaba el periódico de la cara...
Treinta años después
Luego de contar que en esa época él, Manuel y otros amigos compartían un departamento que todos llamaban El Congal, López continuó: “Manolo comenzó a musicalizar visualmente estas cosas. Y poco a poco, entre los cartones que publicaba, tomaba jirones de rolas mías o títulos, por ejemplo, Adiós a los dioses”.
Así se adentraron en el intento de hacer una novela-cómic, incluso muda
, pues dijo que la idea era que los textos generaran acciones escénicas a través de las imágenes
, para lo que incluso quitaron parte del lenguaje escrito.
Hasta ahí llegaron aquella vez, porque después Ahumada partió a Nueva York por un tiempo. Ahora, 30 años después, los chamanes del asfalto
–como los llamó el reportero Carlos Paul– relanzan el proyecto.
Manuel Ahumada agradeció a Jaime López haberlo hecho partícipe de un dúo en el que al músico le tocó la voz y la guitarra, y al dibujante, la pluma, la tinta y los efectos especiales.
“En todos los trabajos que he hecho siempre parto de una historia previa, y en El cara de memorándum no había una idea concluida y cada semana se inventaba lo que iba a suceder a la siguiente, y así durante unas 40 semanas.”
Ahumada contó que en aquella ocasión se hizo una edición de El cara de memorándum, pero no se distribuyó por problemas con la editorial, por lo que entonces el trabajo sería, de algún modo, inédito.
Carlos Paul, autor del prólogo, dijo que la amalgama creativa de López y Ahumada es difícil que se pueda repetir en las mismas condiciones, por lo que el trabajo que aquí se presenta es de antología
.