Guadalajara, 7 de marzo. El éxodo de un pueblo en la búsqueda de agua es lo que retrata el documental Cuates de Australia, que compite en el 27 Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG). El nuevo trabajo del cinedocumentalista mexicano Everardo González se desarrolla en el rancho homónimo, ubicado en Coahuila, donde cada año salen sus habitantes en busca del recurso. En entrevista con La Jornada, dice: La película habla de esa búsqueda del llamado oro azul. Llega en este momento en que en la República Mexicana hay siete entidades en estado de emergencia, que padecen la peor sequía en 70 años, pero curiosamente es una película que empecé en 2004 y la sequía es sistemática en algunas zonas de México, y por ese año le pagamos gran cantidad del líquido a Estados Unidos y perdimos una parte del río Bravo.

En Cuates de Australia los moradores cuentan con una pequeña poza que durante los tiempos de lluvia se llena y es su única fuente. Sin embargo, el agua que queda estancada con el tiempo prácticamente se convierte en veneno, debido a las concentraciones minerales de la tierra. Antes de que esto suceda, hombres, mujeres, ancianos y niños emigran a otra población para sobrevivir de la sequía. Todos regresan, porque finalmente es una tierra que, aunque seca e incapaz de producir fruto alguno, les pertenece. Durante ese éxodo nace un niño, muere un anciano, vuelve el marido ausente, un hombre contrae nupcias, se trasforma el ejido, una niña se convierte en mujer y un pueblo espera la lluvia.

En la entrevista, Everardo González (Los ladrones viejos y El cielo abierto) informa: Me encontré con esta historia al hacer unos programas de televisión. En Cuatro Ciénegas nació Venustiano Carranza; en el Rancho Cuates de Australia Madero tenía su casa, donde practicaba sus sesiones espiritistas. Así llegué a este lugar rarísimo, bautizado como Cuates de Australia, en la Sierra de Australia Coahuila, lo que ya era raro. Ahí me contaron cómo la gente tenía que hacer este viaje de ida y regreso, con la sequía y con las lluvias. Tenía un montón de información para poder narrar.

Uno de los encantos de la cinta, según el realizador, es que vi la oportunidad de filmar este retorno permanente sobre los ciclos de la vida de los seres humanos, pero también de los ciclos de la vida del paisaje. Basándome en la crónica, fui haciendo las líneas argumentales y dándole un valor específico a la flora, a la fauna, a la relación del ser humano con su entorno y a todas las batallas que se libran.

Diez años de hacer documentales me mantienen en alerta, dice Everardo GonzálezFoto Arturo Campos Cedillo

La película se contrapone con sus anteriores trabajos, pero al mismo tiempo se cmplementa con ellos, se le plantea a González, quien contesta: Creo que ése es el estilo... y el olfato para detectar dónde están las posibles historias. Con el tiempo se ven las cosas de manera diferente. Lo que sí, es que le encuentras diferente sentido a lo que ves; además, se tienen muchas más herramientas para interpretar la realidad... hacer documentales durante 10 años me mantiene en un estado alerta; siempre se está pensando en eso, la realidad empieza a tomar otro sentido y se comienza a percibir de otra manera, las conversaciones se transforman.

No se humilla ante distribuidores

Mencionó: Estoy contento, me siento bien, sigo produciendo y espero seguir haciéndolo cuando esté viejo. A veces, como son proyectos en los que me tomo mucho tiempo, les doy vueltas, los analizo, los replanteo y, cuando no hay prisa, los hago.

En 2011, Everardo González concluyó su tercer largometraje documental, El cielo abierto, que el año pasado ganó el premio Guerrero, que otorga la prensa acreditada en el FICG. Ante la imposibilidad del estreno en salas comerciales ha optado por subirlo a la telaraña telemática Internet, antes que humillarse con los distribuidores y exhibidores mexicanos, quienes ofrecen un trato denigrante... Siempre dicen que no hay ganancias.

Agregó que el problema es que aquí nos les interesa el cine. Ya no quiero tratar con un distribuidor que vea con desprecio las películas que hago.

El realizador de La canción del pulque y Los ladrones viejos sostiene una demanda legal contra la distribuidora Film House, por no recibir un solo dólar por los derechos para videos de El cielo abierto. Por eso lo tengo en Internet; ahí la ganancia es directa para el productor y vamos por 10 mil internautas en sólo un par de meses.