Matamoros, Tamps., 7 de marzo. El desempleo y la crisis económica han convertido a las mujeres de esta frontera no sólo en víctimas de maltrato físico, sino también de explotación económica por sus cónyuges o concubinos, reveló un estudio del sistema municipal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF).

Alejandro Peña Jara, titular de la Procuraduría de la Defensa del Menor y la Familia, informó que la dependencia recibió durante enero y febrero de 2011 un promedio de 500 denuncias mensuales, pero en el mismo periodo de este año la cifra se disparó 140 por ciento, a mil 200 denuncias, lo que denota la descomposición del núcleo familiar.

Al quedarse sin trabajo, miles de varones someten a las mujeres que logran conservar su empleo y se vuelven el único sostén del hogar: Les quitan el sueldo, las insultan y les pegan, con frecuencia también a los hijos menores, que ven cómo, después de trabajar de ocho o 10 horas diarias, sus madres son maltratadas por quien debería apoyarlas.

Si bien el desempleo es un factor que detona las situaciones de maltrato, el consumo de alcohol está presente en 70 por ciento de los casos.

El funcionario calculó que la cifra real de mujeres maltratadas y explotadas podría duplicar la reconocida oficialmente, pues a pesar de las constantes campañas para denunciar los abusos, muchas optan por guardar silencio por temor a que se disuelva la relación, lo que crea un círculo vicioso.

Trabajadoras informales y obreras, las más expuestas

El estudio del DIF reveló que las trabajadoras de la industria maquiladora y de la economía informal son las más expuestas a la violencia casera.

Rosaura Dávila de Cuéllar, directora del centro de orientación y apoyo a la mujer, explicó que desde mediados de la década de 1990 las mujeres de la frontera hicieron a un lado las tareas hogareñas para buscar trabajos remnunerados. Antes trabajaba la mujer sola, pero ahora también la casada debe sacar los gastos de la casa, y además son agredidas por los varones, señaló.