La Cabra Ediciones da a conocer libro que ofrece un panorama del trabajo del artista
fuerte y contundente por el dolor que refleja
El volumen es el principio del reconocimiento al trabajo del grabador
, señaló Pablo Rulfo
Domingo 11 de marzo de 2012, p. 8
Como un momento significativo que podría marcar un mayor conocimiento del destacado grabador Iván Gardea, que lo ubique con la importancia que merece en el panorama de las artes plásticas mexicanas, fue calificada la presentación de un libro que reproduce algunas de sus imágenes.
El volumen, acompañado de textos del poeta Javier Sicilia, quien entrevista a Gardea; del fotógrafo Ricardo Vinós, y del antropólogo y filósofo Manuel Lavaniegos, fue presentado la noche del viernes en la Casa Refugio Citlaltépetl por el artista plástico Pablo Rulfo, Vinós, el autor y María Luisa Martínez Passarge, directora de La Cabra Ediciones.
El libro Iván Gardea (La Cabra Ediciones) incluye además varias páginas con imágenes de los grabados del artista, de las series en linografía sobre papel: Imágenes del limbo, Desolación y Retratos sombríos.
Martínez Passarge dijo que este volumen inaugura la colección Los Artistas, con libros de calidad y de bajo costo, para que pueda adquirirlos más gente.
Iván Gardea, artista plástico radicado en Cuernavaca, originario de Ciudad Juárez e hijo del destacado escritor Jesús Gardea –a quien considera como su gran maestro
–, contó su acercamiento al grabado desde su infancia y adolescencia, y lo consideró como un terco insistir
.
Agregó acerca del camino que eligió: Consecuencia de un pasado que irrumpe, que se niega a disciplinarse en el presente, a normarse por el presente; un pasado que surge entonces, a veces, y aun para mí, monstruoso, herido por no poder ser lo que un día fue, en ocasiones triste, melancólico, como el eco de una imposibilidad, o grave como el rostro de la impotencia
.
Un dolor, que de tan intenso, no duele
Pablo Rulfo, también grabador, pintor, diseñador y, de igual modo, hijo de un escritor, Juan Rulfo, comentó que se trata de un libro excepcional, muy bien hecho, discreto, bien diseñado e impreso, con textos muy recomendables, sensibles, puntuales y precisos
.
Tras destacar la entrega al trabajo creativo de Gardea, Rulfo señaló que el arte del grabado es muy específico y exquisito, para gente que aprecia ese arte, e Iván comprende el oficio
.
Dijo que cuando se ve la obra de Iván, tan fuerte y contundente por el dolor que refleja
, se llega a pensar que no la ha visto. Aunque el dolor que causa es tan intenso que no duele
.
Comentó que de ese dolor también deriva un placer al contemplar la calidad del trabajo. Entonces el espectador se reconforta y llega a un equilibrio y reconciliación con la naturaleza humana. La obra se vuelve digna y profundamente humana. Por eso uno debe aprender a mirar para conocer esa obra e ir más allá del dolor
.
Rulfo comentó que este libro representa el principio de una trascendencia y del reconocimiento al trabajo de Iván Gardea. Este momento es significativo y fundamental por eso mismo
. En ello coincidieron los demás participantes.
Ricardo Vinós destacó que pocas veces se puede encontrar en el mundo de la gráfica imágenes tan elocuentes y completas. “Son obras capaces de enfrentar el mundo de oscuridad en el que estamos viviendo. De entre esas sombras profundas el artista busca ese rostro que no podemos ver porque nos provoca una emoción demasiado fuerte.
Son intolerables estas visiones. Son como ese rostro del Dios muerto, son ese rostro que ya fue más allá de su propia máscara. En todos ellos hay historias varias del arte, confluyendo ahí. Y de pronto aquella imagen de pesadilla se nos vuelve un lugar lleno de jardines.
Vinós resaltó la importancia de trabajos como el de Gardea, pues convierte el páramo de la vida cultural actual, cada vez más repleta de vanalidades
.