Habitantes de Azcapotzalco que se oponen al foro estadio encararon al presidente de Grupo Avalanz, Guillermo Salinas Pliego. Informaron que ante el caos vial que provocó el concierto de Carlos Santana en ese centro de espectáculos, el empresario exigió a los policías de tránsito agilizar la vialidad.

“Cómo es posible que con seis carriles la avenida –de Las Granjas– esté colapsada”. Las palabras llamaron la atención de los vecinos, que de inmediato identificaron al empresario. “Estaba a unos pasos de nosotros, en el camellón, justo frente a las taquillas, y exigía a los policías mover los coches”, comentaron dos integrantes de la organización Tezcatlipoca.

Mientras los habitantes del pueblo de Santa Bárbara mantenían bloqueos para evitar que los asistentes a la segunda actividad en la Arena Ciudad de México utilizaran las calles del poblado para arribar al sitio, los opositores al foro estadio hicieron operación hormiga y llegaron a la entrada principal.

Se instalaron a escasos metros de las taquillas y empezaron a repartir volantes, en los que explicaban brevemente el contrato ventajoso que otorgó el Gobierno del Distrito Federal a Grupo Avalanz, propiedad de los Salinas Pliego.

Además de informar los daños y el impacto vial que acarreará ese centro de espectáculos en el norte la ciudad, que contrasta con la miseria de los pueblos, barrios y colonias de Azcapotzalco. Algunos de los visitantes aceptaban los folletos y otros se seguían de largo.

Esa misma indiferencia, señalaron, asumió el empresario, pero al advertirle que la gente del pueblo estaba cerca, Salinas Pliego gritó y dijo que no le importaba. Lo que animó a los integrantes de Tezcatlipoca a encarar al empresario, quien fue resguardado por su equipo de seguridad. Sin embargo, no fue suficiente para que evitara escuchar los reclamos de la gente, que le gritaba vendepatrias Santa Bárbara no se vende; es un pueblo originario, nunca comprarás nuestra voluntad.

En la grabación de video que los vecinos tienen sobre los hechos, al comienzo se escuchan algunas voces, pero mientras transcurre la cinta el clamor es más numeroso y los insultos van subiendo de tono.

Ayer, en la calle Metlacóatl se dispuso de un operativo vial para el retiro de vehículos, situación que resultó extraña para los opositores a la Arena Ciudad de México, pues consideraron la medida como represalia por el trato al empresario, porque entre los testigos hubo personal del Gobierno del Distrito Federal, quienes a pesar de que trataron de ocultarse, fueron identificados por los vecinos inconformes.