Iñaki Ábalos vendrá a México para participar en un foro auspiciado por la UNAM
El ámbito donde está el problema es en la política y lo territorial, manifiesta a La Jornada
Jueves 15 de marzo de 2012, p. 4
Madrid, 14 de marzo. Iñaki Ábalos (San Sebastián, 1956) es un arquitecto que desde hace años trabaja en la creación de sistemas termodinámicos para generar energías limpias para edificaciones verticales y compactas.
Uno de esos modelos se aplica en las nuevas estaciones del Metro de París, gracias a un trabajo conjunto que abre las puertas a una nueva manera de entender el transporte colectivo urbano.
Ábalos es vocero e integrante de una nueva plataforma de arquitectos españoles, Arquiberia, en la que figuran algunas de las firmas más destacadas, como Boma, Álvaro Siza y Rafael Moneo. Ábalos también es catedrático en Harvard e impartió una conferencia en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en un foro sobre arquitectura bioclimática con alta tecnología y diseño sustentable.
Misión de Arquiberia
En entrevista con La Jornada, Iñaki Ábalos explicó los objetivos de Arquiberia y algunos de sus proyectos más vanguardistas, como el del Metro de París, que puede ser exportable a otras ciudades.
–¿Qué pretende Arquiberia y en qué dirección busca crecer?
–Arquiberia es una unión de arquitectos españoles que nos conocemos desde hace años y hemos trabajado en los ámbitos académico y profesional. Somos siete, más dos honoríficos, y nunca queremos ser más de 12, para mantener una comunicación fluida.
A la vista de la situación interna en España y ante la necesidad de exportar nuestro trabajo decidimos unirnos y crear una plataforma común basada en las excelencias académica, avalada porque todos nosotros tenemos experiencia y contratos en universidades de prestigio, y una profesional, avalada por nuestras obras singulares.
–¿Qué hay de singularidad de cara al exterior en la forma de entender la arquitectura de la escuela española?
–Diría que frente a una inclinación a los perfiles anglosajones de ser acusadamente especializados o teóricos, los arquitectos mexicanos y españoles tenemos conocimientos serios y profundos, que no son simplemente un barniz.
Es importante destacar nuestra inclinación a que mientras se hace vivienda colectiva hacemos a la vez espacio público y paisajismo. O al hacer edificación singular aplicamos medidas medioambientales de vanguardia.
–Usted participará en un foro en la UNAM sobre desarrollo sustentable.
–Voy a México invitado por la UNAM, en el contexto de un ciclo de arquitectura sustentable y nuevas estrategias medioambientales. Hablaré de los trabajos que desarrollamos tanto en la práctica como en la teoría del proyecto de una nueva tipología de estación del Metro de París.
Desarrollamos nuevos instrumentos de intercambios termodinámicos basados en programas mixtos, a gran escala, que es un trabajo de investigación realizado en Harvard y en la Universidad de Barcelona, para posibilitar edificios que por una combinación adecuada de distintos programas necesitados de producir o absorber calor se pueda generar entidades mixtas autosuficientes que contribuyan a disminuir gases nocivos.
–¿Esta tecnología sería aplicable a otros países o ciudades?
–El termodynamic-mixer es una pieza muy sencilla. Fue hecha por ingenieros alemanes, estadunidenses y españoles, que se basa en una idea universal y tiene diferentes coeficientes según el clima local. Pretende ayudar a los arquitectos a desarrollar programas mixtos con un equilibrio para mejorar el funcionamiento energético en cualquier clima. El sistema permite la reducción de gases nocivos y una nueva forma de entender la construcción mixta en edificios verticales y compactos.
–¿Es probable que lleguemos a un punto de que toda la energía de los rascacielos o los grandes edificios urbanos sea completamente limpia o ahora es una utopía?
–No depende de la parte arquitectónica, sino de la capacidad de los gobiernos para generar o utilizar recursos energéticos a gran escala. Podemos proponer que se reduzca drásticamente la parte del pastel que se lleva la arquitectura en cuanto al consumo de energía y emisión de gases nocivos –que está en 30 o 40 por ciento del total–. Es interesante que los edificios generen sus propios recursos energéticos, pero donde está el problema de la energía es la política y lo territorial.