La Habana, 14 de marzo. Cuba presentó hoy el libro Nuestro deber es luchar, que reproduce la sesión que mantuvo Fidel Castro con intelectuales el mes pasado y en la cual el líder cubano convocó a pugnar por la paz, sin dejarse vencer por el pesimismo.

La obra también se presentó en otros 12 países, bajo el sello de la editorial José Martí. El economista cubano Osvaldo Martínez dijo que el trabajo es un lúcido análisis y denuncia del capitalismo contemporáneo, pero es más que todo una convocatoria a la lucha y un antídoto contra al desánimo.

La sesión, donde surgieron las intervenciones que integran el libro, se produjo durante la feria del libro de La Habana, en febrero. La presentación aquí fue en la Casa de las Américas y simultáneamente apareció en Venezuela, Estados Unidos, Ecuador, Argentina, Angola, Bolivia, México, Barbados, Puerto Rico, Jamaica, República Dominicana y España. El jueves se presentará en Alemania y ya se preparan versiones en otros idiomas.

Entre los participantes en la reunión de febrero estuvieron el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, el mexicano Premio Cervantes Sergio Pitol, el teólogo brasileño Frei Betto y el periodista franco-español Ignacio Ramonet.

Esa sesión abordó diversos temas, pero el eje fue la amenaza al medio ambiente y a la paz mundial y la reacción que habría de tener la intelectualidad. Castro, dijo entonces a su auditorio: Si a ustedes les afirman: tengan la seguridad de que se acaba el planeta y se acaba esta especie pensante, ¿qué van a hacer, ponerse a llorar? Creo que hay que luchar, es lo que hemos hecho siempre.

La reunión se había iniciado con referencias a un texto del propio ex presidente cubano: el discurso con el que intervino en la Cumbre de la Tierra, en Río de Janeiro, en 1992, donde abordó los riesgos que enfrenta el medio ambiente en el mundo.

El economista y académico jamaicano Norman Girvan expresó su preocupación por la posibilidad de una guerra a corto plazo y por la amenaza de otro conflicto mayor en un tiempo más largo.

Los pensadores y escritores tenemos la responsabilidad de llamar la atención del público y movilizar a la gente en el intento de prevenir la guerra y los riesgos de otras catástrofes, como la ocurrida en la planta nuclear de Fukushima, tras el terromoto del año pasado en Japón, señaló.

Al terminar el encuentro con los intelectuales, el propio Castro pidió que se transcribiera para publicarlo como libro, lo cual ocurrió en un mes.

Actividad moderada

Tras la crisis de salud que lo apartó de la vida pública en 2006, Castro ha mantenido una actividad moderada, a partir de 2007. Escribe comentarios de prensa, recibe a visitantes extranjeros y preparó tres libros de memorias. Dos de ellos aparecieron en 2010: La victoria estratégica y La contraofensiva estratégica, sobre la campaña guerrillera de los años 50.

El tercero, Fidel Castro Ruz: guerrillero del tiempo, sobre su infancia y juventud, aún no está en librerías en Cuba. En este lapso también apareció la extensa entrevista que le hizo Ramonet y que en Cuba se llamó Cien horas con Fidel.

Las apariciones de Castro se alternan con ausencias de meses. El año pasado se presentó en abril, cuando dejó su último cargo público, el de primer secretario del Partido Comunista; en junio hubo fotos de la visita que él y su hermano Raúl hicieron al presidente venezolano Hugo Chávez, entonces recién operado por primera vez. En julio conversó con el mandatario peruano Ollanta Humala, aunque no hubo imágenes.

En enero pasado recibió a la presidenta brasileña Dilma Rousseff, en febrero presentó Guerrillero del tiempo y asistió a la sesión de nueve horas de la que salió Nuestro deber es luchar.