Con mayoría de votos de consejeros contra uno y el aval de los representantes de PRI y PAN, el Consejo General del Instituto Federal Electoral (IFE) aprobó la realización de un conteo rápido el día de la elección presidencial, que se daría a conocer a las 23 horas o hasta que tenga información de una muestra confiable.

El representante del PRD cuestionó la realización de ese ejercicio por los posibles errores en las cifras que ofrezca la autoridad y su efecto de incertidumbre.

Entre los consejeros, sólo Francisco Guerrero cuestionó la realización de ese ejercicio sin el consenso de todos los partidos, independientemente de las dudas que pueda generar en determinadas condiciones. ¿Qué sucederá si los resultados del conteo rápido señalan un ganador contrario a los conteos oficiales que se tienen establecidos para el efecto? ¿Qué pasará si alguno de los candidatos desconoce los resultados que arroje el conteo rápido?

El fantasma de 2006

El debate se dio bajo la sombra de la frustrada experiencia de 2006 y los errores cometidos por el IFE, que fueron reconocidos por partidos y consejeros.

Ese año, relató el presidente del IFE, Leonardo Valdés, “la sociedad no escuchó las cifras ni el mensaje que esperaba. El vacío causado por la falta de información se llenó de especulaciones".

Sostuvo que ésta será la tercera ocasión que el IFE realice ese ejercicio, y reivindicó que la especialización técnica que se ha alcanzado en estos años permitirá al instituto realizarlo con absoluta imparcialidad y transparencia, asumiendo el papel histórico con la sociedad.

Valdés Zurita subrayó que en esa fecha el IFE no puede permitir que la fiesta cívica de las elecciones derive en angustia o especulación política.

Los representantes del PRD, Pablo Gómez y Camerino Márquez, cuestionaron que el IFE realice ese ejercicio por las posibles repercusiones que tendría en una elección cerrada. Gómez destacó que si bien los conteos rápidos pueden realizarlos empresas privadas sin consecuencias ante posibles errores, no es el mismo caso para la autoridad electoral, pues al difundir los resultados la gente lo asume como la virtual declaración de un triunfador, aunque no lo sea.

Si dan una diferencia de tantos puntos y a la hora de la cuenta real era la mitad, van a decir que se trató de hacer fraude desde aquí y tendrán razón, porque una autoridad electoral normalmente no da a conocer esto, sostuvo Gómez Álvarez.

El priísta Sebastián Lerdo de Tejada y el panista Rogelio Carbajal reivindicaron que el IFE realice los conteos rápidos el primero de julio bajo las condicionantes establecidas. Es decir, esa noche el comité técnico asesor enviará un informe a las 22:30 al consejero presidente los datos recibidos hasta esa hora; si dan plena confiabilidad, se difundirán a las 23 horas. Sin embargo, si no se cuenta aún con datos confiables, el comité entregará cada media hora un reporte, hasta que se cuente con la muestra suficiente para que sea difundida con el soporte científico necesario.

En defensa del conteo, el consejero Marco Antonio Baños reivindicó la importancia de que esa noche el IFE difunda los resultados. Subrayó que no sustituye el ejercicio de escrutinio que se hace en las casillas, no sustituye la información preliminar de los resultados y menos aún sustituye los cómputos de distrito, que nos van a permitir conocer con puntualidad los resultados de la elección.

El consejero Sergio García Ramírez reivindicó la legalidad plena de los conteos –cuestionada también por el PRD– y aclaró que no se están anticipando los resultados finales, sino dando a conocer aquello que puede ponderar y que ha ponderado con eficacia, a la luz de un riguroso criterio técnico y científico.