Opinión
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México SA

Pemex: viabilidad financiera

¿Sólo los pasivos laborales?

Su deuda creció 106 por ciento

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En Coatzacoalcos, Veracruz, el presidente Felipe Calderón encabezó la conmemoración del 74 aniversario de la expropiación petrolera y entregó la obra de la planta reformadora Nafta en el complejo petroquímico de la CangrejeraFoto Alfredo Guerrero
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etróleos Mexicanos arriba al 74 aniversario de la expropiación cardenista de 1938 en medio de la insistente actitud privatizadora del gobierno panista y de un discurso oficial que dista mucho de la realidad, que va, entre tantas otras cosas, de la plena soberanía nacional sobre los recursos naturales (Calderón dixit) a la creciente cesión de actividades productivas al capital privado, nacional y foráneo; del constante incremento de inversión con recursos propios al endeudamiento histórico de la paraestatal; del recurrente anuncio sobre la construcción de una refinería, la Bicentenario, al terreno baldío en Tula, en el que, cuatro años después, ni siquiera han querido terminar de construir la barda perimetral que delimite la ubicación de esa central productiva.

En el respectivo acto conmemorativo celebrado ayer en Coatzacoalcos –último, felizmente, que encabezará Felipe Calderón– el inquilino de Los Pinos refirió que el mayor desafío que enfrenta la paraestatal es su viabilidad financiera, aunque acotó que el nudo sólo es el relativo a los pasivos laborales, dejando a un lado el creciente saqueo de recursos que practica la Secretaría de Hacienda y el consecuente aumento de la deuda de Pemex, así como los jugosos contratos privados que a precios inflados otorga el propio gobierno federal.

A lo largo del calderonato la deuda de Petróleos Mexicanos (hasta diciembre de 2011) se ha incrementado la friolera de 106 por ciento, con todo y que desde 2008 el gobierno federal asumió los pasivos de la paraestatal por concepto de Pidiregas. El saldo de dicho débito creció de 380 mil 600 millones de pesos el primero de diciembre de 2006 a 782 mil 700 millones el último día de 2011, es decir, Pemex aumentó su débito a razón de 220.3 millones de pesos por día en el periodo referido, o lo que es lo mismo 9 millones 180 mil pesos por hora. ¿Ello no pone en riesgo la viabilidad financiera de Petróleos Mexicanos?

Casi al finalizar el pasado febrero, el inquilino de Los Pinos notificó a los habitantes de esta República de discursos que él salvó a Petróleos Mexicanos, que si no hubiera sido por su brillante intervención y visión la paraestatal sería cadáver. Sin embargo, como el susodicho de lengua se ha comido un sexenio, ahora advierte que la viabilidad financiera de Pemex está en peligro… (sólo) por los pasivos laborales. Estos, sin duda, son voluminosos y crecientes, pero se supone que para atenderlos y evitar sorpresas es que se crean reservas, lo que, todo indica, nunca se crearon o en su defecto se utilizaron (léase saquearon) para fines distintos a los originales.

También está el caso del nuevo modelo de contratos para que particulares exploten campos maduros. Como se ha comentado en este espacio, tales negocios contemplan concesiones de 25 a 30 años; Pemex participa sólo con 10 por ciento del proyecto, pero asume íntegramente los riesgos ambientales, y al capital privado se otorgan los siguientes estímulos: se incrementa el factor de ajuste de tarifa de 60 a 70 por ciento, lo que implica un pago más alto al contratista; se aplica un régimen fiscal más flexible que la onerosa carga impositiva que se aplica a la paraestatal; el precio a pagar por la extracción de crudo, junto con 70 por ciento del costo de las facturas que presente el contratista, será de alrededor de 20 dólares por barril, que contrasta desfavorablemente con el precio de extracción del propio Pemex que es de 5.22 dólares. En síntesis, el nuevo modelo de contratos costará 283 por ciento más de lo que a Pemex le cuesta extraer el mismo barril de crudo. ¿Todo ello no pone en riesgo la viabilidad financiera de Petróleos Mexicanos?

La intención, pues, es privatizar la gallina de los huevos de oro. La viabilidad financiera de la paraestatal ni lejanamente está en riesgo, en especial cuando se conoce el margen de ganancia por barril, ya descontado el costo de extracción: mil 184 por ciento en 2006; mil 270 por ciento en 2008; mil 83 por ciento en 2009 y mil 285 por ciento en 2010. En 2011 se elevó a mil 800 por ciento. ¿Qué, entonces, pone en riesgo tal viabilidad? El permanente saqueo que el gobierno federal practica en la paraestatal: se queda con 100 por ciento del rendimiento neto, y todavía exige una sobre cuota, que la paraestatal obtiene vía endeudamiento.

Calderón ya se va, no logró plenamente su objetivo de privatiza el petróleo, pero de que avanzó, avanzó, y cuando menos dos de los aspirantes a sucederlo en Los Pinos (el encopetado y la Chepina) ya dejaron en claro que no quitarán el dedo del renglón. Otro más (el amoroso) ha dicho que respetará los contratos ya otorgados a empresas privadas nacionales y extranjeras para la exploración y explotación de campos petroleros, pero con el cambio se va a poner un hasta aquí, y no se concederán nuevos, porque se hará valer puntualmente el artículo 27 de la Constitución (aunque tales contratos otorgados lo violen). Será el electorado el que decida por dónde, pero en vía de mientras vale retomar algunos elementos del puntual recuento que La Jornada (Israel Rodríguez) publicó en su edición dominical:

Pemex, la empresa que más flujo de efectivo genera en el país, llega a su 74 aniversario con un endeudamiento histórico, con una producción de crudo que apenas comienza a estabilizarse, con pasivos que superan sus activos, un creciente robo de combustibles y un estigma de corrupción. Mientras se debate en permitir la participación de la inversión privada en la petrolera nacional, la privatización de las actividades sustantivas avanza inexorablemente como la humedad y ahora más de 60 por ciento de sus operaciones de exploración y explotación, entre otras actividades, las realizan empresas contratistas privadas. Desde el sexenio de Carlos Salinas a la actualidad (1988-2012) Pemex se ha venido utilizando como instrumento de estabilidad macroeconómica y terreno de oportunidad para la inversión privada en un proceso de desmantelamiento gradual y progresivo, al tiempo que se privatizan las actividades sustantivas petroleras.

Las rebanadas del pastel

Vampiros, llamó don Jesús Silva Herzog a las trasnacionales petroleras que saquearon al país hasta el 18 de marzo de 1938, porque con ese calificativo dejaba en claro la libertad de succión del oro negro nacional y las severas condiciones de anemia en las que dejaban a su víctima, es decir, a México, su economía y su soberanía. Están de regreso, en connivencia con el gerente de Los Pinos, y el mayor problema es que el país carece de otro Lázaro Cárdenas.