“Hablen con Los Zetas”, sugiere una pequeña en respuesta a un sondeo efectuado por el IFE
Que esté limpio y no me maten ni me corten la cabeza: niños
Lunes 19 de marzo de 2012, p. 5
Los niveles de violencia, en especial en el norte, han permeado de modo notable en niños y jóvenes en su visión de la realidad, y en su percepción de lo que esperan del futuro: Que esté limpio... que no me maten... que no haya más delincuencia... que no haya más balaceras... que no me corten la cabeza... que no maten a mis tíos... que no roben
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Las anteriores son respuestas de niñas y niños de entre 6 y 9 años de edad, incluidas en los reactivos aplicados por el Instituto Federal Electoral (IFE), como preparativo a la realización de la consulta infantil y femenil del 29 de abril.
Realizadas en 22 grupos, las visiones de los menores de entre 6 y 15 años están asociadas al narcotráfico. ¿En qué lugares se sienten inseguros? La calle, invariablemente. ¿Por qué?: Porque puede haber una balacera... por los balazos.... (miedo) a que me roben... a encontrar balas perdidas... a las R15 y R50... que me puedan matar de un bazucazo... que maten a mi mamá... a mi familia
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Los polis piden dinero
Estas son situaciones, dice el documento del IFE, que se perciben sobre todo en los estados del norte, lo que indica que la vivencia del riesgo en los niños depende de su contexto social
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¿Y cómo resolver los problemas? Las percepciones varían entre los menores por estratos de edad, pero de las respuestas ofrecidas al IFE se desprenden visiones encontradas de la solución a la problemática.
“Hablando con Los Zetas”, responde una niña. Pidiéndoles ayuda
, es otra respuesta. Otros creen en la vía policiaca o en solicitar al Ejército y la Marina intervenir en los conflictos.
Apelar a las fuerzas policiacas no es bien visto por todos los menores que respondieron los reactivos, pues la policía causa los problemas... yo vi cómo a un chavo le pidieron dinero... sí, en la terminal para México, la policía subió a mi abuelito y lo fueron a dejar quién sabe dónde y le quitaron el dinero; yo por eso evito parar por ahí, me da miedo... A veces los policías son los que hacen los problemas... Yo vi cómo pedían dinero... Aunque son policías no son de fiar... Hay polis malos, no confío en ellos
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Sin embargo, hay otros menores para quienes la respuesta al problema de la violencia es simplemente matar a quienes la generan o acudir a las bandas del crimen organizado. “Cuando me quiera matar un señor –dice un niño– le cambio la pistola por una de agua; me dispara agua, pero luego yo con la pistola que le quito, lo mato”.
El ejercicio preparatorio de la consulta infantil y juvenil se realizó en Tijuana, Baja California; Campeche, Campeche; Torreón, Coahuila; Tepoztlán, Morelos; Mérida, Yucatán, y la ciudad de México.
El objetivo es sondear sobre las situaciones donde los menores se sienten más a gusto y en confianza (generalmente el hogar); los lugares de riesgo; en quiénes confían; la resolución de los problemas; qué decisiones tomar; cómo perciben la discriminación; la percepción de cambios y el futuro.
Las visiones son diversas por región y en función del contexto social. Los menores capitalinos, por ejemplo, identifican sus temores de riesgo de estar con personas desconocidas, más que en situaciones extraordinarias o ejecuciones. Dijeron tener temor a los que se drogan, a la inseguridad, pero en ese caso no se asocia a una violencia extrema, como en las ciudades del norte del país: “La calle es peligrosa, la gente camina con cara de narco (Tijuana). En el centro hay asaltos y balaceras (Torreón)”.
Otras preocupaciones de los menores son el bullying y la discriminación. Piden que “a los niños que hagan bullying los expulsen... que los metan a la cárcel”, responden menores de entre 10 y 12 años.
De la discriminación, niños y jóvenes lamentan que se les margine por su estatura o por el color de su piel; hay quienes se quejan de ser discriminados por sus creencias religiosas o aquellos a los que los profesores les adjudican ser torpes, lo que motiva el rechazo de sus compañeros de escuela.
Cambien al Presidente
De sus aspiraciones a futuro, el documento recoge una percepción nacional de los jóvenes de entre 13 y 15 años: “Que los políticos ya no se asocien con el narco; que haya más igualdad, más seguridad social, que no haya más violaciones ni desempleo; que no haya pobreza y que se cambie el Presidente; que los policías no se dejen sobornar y que no haya discriminación”.
Sobre lo que les gustaría ser, las respuestas de los pequeños se vinculan con su realidad actual de inseguridad y violencia. Les gustaría ser policía federal o soldado, para estar entre la vida y la muerte.
Desean vivir sin violencia, que no haya balaceras, que estemos seguros... tener un futuro tranquilo para que mis hijos no caigan en eso...