La intérprete mexicana y el cantautor brasileño presentaron el disco Agua de beber
Martes 20 de marzo de 2012, p. a10
La intérprete mexicana Eugenia León y el cantautor brasileño Ivan Lins dieron a los amantes de la bossa nova, el pasado domingo, en el teatro Metropólitan, una noche inolvidable por la calidad interpretativa y sincera de ambos, llevada a extremos de modificar tonos para no engañar al público, que tributó aplausos.
Ya Eugenia León ha dicho que su voz ha cambiado porque los años no pasan en vano. Ahora algunos de sus éxitos los adapta a su voz portentosa, llena de recursos y sentimiento. Actualizarse es aceptación, y esto es en todos los órdenes de la vida.
En el nuevo disco de León, titulado Agua de beber, colección de algunas de las canciones más importantes del repertorio popular brasileño. En el cuadernillo que acompaña al cedé, la mexicana señala a Lins como la persona, el maestro que le posibilitó cantar dichos temas con el filin de Brasil. A su vez, Lins destaca la capacidad de la intérprete de Corazón gigante para sumergirse en los ritmos de su país, respetando su esencia.
Desde la presentación del disco de marras, Eugenia León citó lo de su cambio de voz, pero ni quien se haya fijado antes.
Entre amigos
A las siete de la noche comenzó el concierto con Agua de beber. Yo puedo soportar la pérdida de todos mis amores; se puede llorar. Siempre habrá celos en la pareja, pero eso no ocurre en el caso de los amigos
. Esa fue la introducción para que se escuchara El gavilán, de Marcial Alejandro, bohemio no de afición, sino de profesión. Marcial dibuja un paisaje campirano con base en décimas, medida que dominaba magistralmente. Ante la alegría, Eugenia lanzó por primera vez en la noche: ¡Este nopal también echa baba!
Luego de echarle fuego a la hoguera con El pato y otras, como el bolero Contigo a la distancia, llamó al escenario a Ivan Lins, quien cantó con ella algunas bellezas sonoras, como Yo sé que voy a amar, que inmediatamente conectó con los asistentes.
Ivan: Gracias por invitarme. Estoy muy, muy feliz. Para mí es importante estar aquí, en este escenario, con Eugenia, con su alma y sus anhelos. Esta es una conexión muy íntima entre México y Brasil
.
De ahí, un trozo de noche fue para Ivan, su música bien hecha y su buen cantar. Aderezó sus temas con anécdotas y chistes.
Samba do aviao, Meu país, Desesperar jamais, Velas icadas y la que generó un coro: La gente merece ser feliz.
El maestro se fue entre vivas. ¿No es este público maravilloso?
, preguntó Eugenia a Ivan. Cantaron Esta tarde vi llover, de Armando Manzanero, otro gigante.
Regresó Eugenia León con El fandango aquí, de Marcial Alejandro. Resaltó que enfrente de ella estaban su mamá y muchos familiares más, además de otros entrañables. Llegó Vámonos, de José Alfredo, donde ella le dice a él que ya no se queje, que ella lo eligió a él. La tocada llegaba a su fin, pero la cantante hizo un largo adiós, complaciendo con varias de sus piezas consagradas.
El éxito del concierto del domingo pasado en el Metropólitan recayó también en el soporte de una banda de lujo: Rosino Serrano, Joe D’Etienne, Enrique Nery, Enrique y Fernando Toussaint, además de otras luminarias locales y foráneas.