Cientos de vacacionistas iniciaron ayer el regreso a la ciudad de México desde diversos puntos de la República tras el fin de semana largo. Después del mediodía del lunes, el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) presentó alta afluencia de pasajeros, sobre todo en las salas de vuelos nacionales.

Trabajadores de aerolíneas, taxistas y maleteros aseguraron que seguramente habría mayor presencia de viajeros por la tarde-noche e inclusive hasta este martes. En la terminal aérea se informó que las cifras oficiales del movimiento de pasajeros durante los días feriados se tendrán el jueves.

Eréndira Villalobos viajó con toda su familia a Puerto Vallarta para disfrutar la primavera que va llegando durante este puente. Aprovecharon el fin de semana largo para pasear fuera del Distrito Federal porque no lo hicieron en vacaciones de fin de año. Aunque en los puentes los precios son altos, nunca es tan caro como en Navidad.

De acuerdo con empleados del AICM, la llegada de vacacionistas se incrementaría conforme avanzara el lunes, pues regularmente los viajeros tratan de aprovechar al máximo su estancia en los diferentes destinos a los que acuden.

De acuerdo con datos de la Secretaría de Turismo, los destinos más concurridos fueron las playas, y sitios como Acapulco, Cancún y Puerto Vallarta presentaron hasta 80 por ciento de ocupación en los hoteles.

Estos días se ponen buenos para nosotros. La verdad es que aun cuando el puente sea malo, la presencia de personas sube aunque sea un poco, comentó Javier, quien trabaja de taxista en una de las empresas que dan servicio en la terminal aérea.

Patricia y Julián viven en pareja desde hace un par de años y hasta ahora no tienen hijos. Eso, dicen, les ha favorecido para viajar casi todos los fines de semana largos. Cuando vamos a sitios cercanos nos vamos en auto, pero en esta ocasión fuimos a Monterrey, porque de allá es mi familia, afirmó el joven.

La chica agregó que no tener niños nos ha ayudado, porque andamos de aquí para allá sin preocupación. Tratamos de aprovechar los puentes porque muchas veces dejamos que el trabajo nos absorba demasiado.