Desde 1996 hasta la fecha el país ha dejado de emitir 25 millones de toneladas de bióxido de carbono a la atmósfera debido al horario de verano; la aplicación de este programa no cuesta, pero ha representado ahorros superiores a 12 mil millones de pesos, destacó la Canacintra.

Gilberto Ortiz, presidente de la comisión de energéticos del organismo, dijo que el mecanismo no sólo ha servido para el sector doméstico, sino ha permitido ahorros en la industria –consumidora de 60 por ciento de la electricidad–, gracias a que se recorrieron las horas pico.

De acuerdo con un estudio reciente de la Universidad de Nuevo León, destacó que hasta 2011 por medio del programa se han logrado ahorros de 18 mil 414 gigavatios por hora, lo que equivale a 1.2 veces el consumo de todo el estado de Nuevo León en 2010, entidad que alberga municipios altamente industrializados.

El especialista recordó que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) establece tarifas especiales a las empresas en las hora pico (de las 7 a las 22 horas) para desalentar el consumo, porque es el momento del día en el que la mayoría de las personas llega a su casa después de trabajar.

El beneficio para las empresas, explicó, es que al aplicarse el horario de verano la hora pico se recorre debido a que hay más tiempo con luz de sol, lo que permite que operen más horas con la tarifa normal.

La gente llega a sus casas y prende la televisión, el radio, el horno de microondas, etcétera. Con el horario de verano, ya no encienden la luz, con lo que hay una baja de la demanda hasta una hora después.

Rechazó que aunque se gaste menos luz en las noches con el horario de verano, de todos modos consumen más en las mañanas, debido a que amanece más tarde.

“Mucha gente dice: ‘yo, de todas maneras, cuando me levanto en el horario de verano tengo que prender la luz porque todavía no amanece’. Es cierto, pues hay muchas personas que entran muy temprano a trabajar, pero hay un núcleo muy grande de gente que cuando se levanta ya amaneció, por lo que el gasto de luz es menor.”

Destacó que además hay un beneficio de carácter sicológico, ya que se tiene una mayor percepción de seguridad si realizan sus actividades con luz solar.

Adicionalmente, sostuvo que para efectos prácticos, como los socios comerciales más importantes de México utilizan el horario de verano, para el país sería muy difícil quedarse con el normal, porque las operaciones financieras, bancarias y de negocios sufrirían un desfase.

Eso se nota mucho, por ejemplo, en lugares como Baja California, donde se quedan con el horario durante dos meses porque ellos sí tienen un contacto muy fuerte con Estados Unidos.

Resaltó que el programa ha tenido un impacto importante en la reducción de emisiones, pero sin costos de aplicación, porque para ahorrar 25 millones de toneladas de dióxido de carbono, a lo mejor deberíamos prohibir que circularan la mitad de los automóviles de la ciudad de México, con las consecuencias económicas y en productividad que eso conllevaría.