Tenemos una tradición macabra, pero hay un estigma sobre el género, dijo el autor en SLP
En México, a los escritores de terror les pesa reconocerse como tal: Rodolfo JM
En EU no son originales: adaptan las historias y las tropicalizan tan bien que hasta crean subgéneros y nos hacen creer que son inéditas
, señaló Iván Farías en el Festival de Letras
Sábado 12 de mayo de 2012, p. 8
San Luis Potosí, 11 de mayo. En el contexto del noveno Festival de Letras que se desarrolla en esta ciudad, los autores Iván Farías y Rodolfo JM se presentaron en la charla Los artefactos del miedo, literatura mexicana de terror. Rodolfo JM reconoció que hay una tradición muy grande de literatura de terror en Mexico, pero también un estigma sobre el género
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Para continuar su explicación, agregó: En México no hay una tradición de escritores que practiquen el género de terror como tal, porque cuando pensamos en literatura de terror lo primero que nos viene a la mente son nombres de escritores estadunidenses o ingleses, sobre todo la imaginería del cine hollywoodense y, por la relación que hay con esta cultura popular, a los escritores mexicanos les pesa reconocerse como autores de terror
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Aseguró que “en la literatura mexicana hay una tradición macabra. La tradición oral está presente en nuestros días, nos reunimos a contar cuentos de fantasma y las historias que nos contaban nuestros abuelos y padres; toda esta tradición de La Llorona, La mano peluda y El Coco son historias con las que nos alimentamos de niños.
“A pesar de tener esta tradición arraigada no se ha rescatado con seriedad el género de terror en la literatura mexicana. Tengo la teoría de que al mexicano nos ha costado trabajo hacer las paces con nuestro pasado; es decir, tenemos un pasado que no nos gusta, por eso negamos esa tradición de oralidad folclórica, no aceptamos esta formación e influencia. Incluso se desestima al decir que son de petatiux, en referencia al petate, a que no son importantes. Siempre está el temor en el escritor de que no lo vean como creador serio o que nadie va a tomar en cuenta sus libros”.
Rodolfo JM precisó: “Cuando hablo de aceptar nuestro pasado como país me refiero al tema de la religiosidad y al estigma que tenemos por considerarnos del tercer mundo. Estos dos elementos, así como entrar a la modernidad de los escritores –de los años 50 del siglo pasado para acá–, las figuras religiosas y la cuestión prehispánica, no nos resulta fácil; esa no aceptación provoca que se copien mal los clichés y los formatos, resulta en híbridos extraños y que finalmente no se escriba más. Pero aún así tenemos autores excéntricos, puñado en el que incluso entraría Juan Rulfo, porque Pedro Páramo es una historia en un pueblo habitado por fantasmas”.
En su momento, Iván Farías también consideró que al género se le desprecia desde que se le llama subgénero; se dice que la literartura de terror está llena de basura, y me pregunto: ¿acaso las editoriales estatales y de los fondos editoriales no tienen sus bodegas llenas de basura literaria que no se vende?; si es por cantidad, pues hay mucho más que la de terror. Incluso las librerías de viejo en la ciudad de México están llenas de poesía que no se vende, y cada vez que termina un encuentro se desechan los ejemplares, porque nadie los lee
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Vampiros, de derecha; zombies, de izquierda
Farías mencionó que los escritores estadunidenses de terror no son originales, pues adaptan las historias tradicionales y las tropicalizan tan bien que hasta crean nuevos subgéneros y nos hacen creer que son originales. Por ejemplo la tradición del vampiro europeo: crean uno que es tu vecino o que hay un vampiro roquero, pero parten de no avergonzarse de ellos mismos. Incluso un escritor estadunidense tiene la loca teoría de que los vampiros son de derecha y los zombies de izquierda, porque unos chupan y a los otros no les interesean las posesiones; así de absurdo y complejo
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Al retomar la palabra, Rodolfo JM agregó: Cuando hablamos de literarura de terror pensamos en los modelos del vampiro, del muerto viviente o del hombre lobo, pero debe quedar claro que el terror es el enfrentamiento con lo desconocido, que la emoción más básica y primaria del hombre es el miedo a la oscuridad
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Tajante, JM agregó: Si queremos escribir literatura de terror mexicana original y propia debemos reconciliarnos con ese pasado prehispánico que de alguna manera queremos negar cuando creemos que somos modernos
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