a Comisión Federal de Electricidad (CFE) sacó hace poco programas para el norte y el noroeste. Se publicaron el 17 de febrero pasado. Aprovechan que no hay en esa región producción de gas importante en México. Y, claro, no van a usar otros medios de generación, ya cerraron hidroeléctricas y otras, sino su fuente favorita de contratismo: el gas natural. E importado.
Ya están en operación comercial, todas con gas procedente de Estados Unidos, las siguientes líneas: En Sonora, Naco-Nogales-Hermosillo. Entrando por Chihuahua, Ciudad Juárez-Torreón-Durango. También, con gasoducto en proceso: Topolobampo y Mazatlán. Por otras entradas desde el país del norte: Los Ramones, San Juan, Hueco, Monterrey y Reynosa.
Para 2025 se tiene planeada
una capacidad instalada más del triple que la del proyecto existente, agregando además San Isidro, Samalayuca, Guamúchil y Jiménez. La capacidad aumentada en este proyecto también aumentado, es de casi 11 mil megawatts de generadores que consumen gas natural importado. Es una parte importante de la capacidad total existente activa en el país. Es más, en 2015 y 2016 ya está planteado concluir concursos y contratos y que gasoductos importantes ya estén terminados.
¿Por cuántas décadas ambicionan los funcionarios, la firma de contratos por 15 o 20 años de todo este gas que quieren que sea importado? No se han conformado con los concursos
de plantas y otros para quedarse con generosas mordidas
. Ya han firmado contratos de importación de gas licuado, en Altamira por 15 años y por 15 en Manzanillo, aunque en este caso se habla de su ampliación a 20 años.
Pero sí tenemos alternativa. Y nacional, no del extranjero. Además de reabrir plantas cerradas, que son relativamente chicas pero que hay que hacerlo. Ya en grande, el Mar de Cortés o Golfo de California tiene una serie de fallas geológicas que lo abarcan de norte a sur. La energía bajo el mar que esto implica es gigantesca. Como ejemplo están los canales de Ballenas y Salsipuedes, que citamos porque las fuentes de calor tienen amplias extensiones cerca de las costas de Baja California y, en importantes tramos, a relativamente baja profundidad.
No es necesario usar plataformas para perforar pozos, se puede usar perforación horizontal o inclinada. Ya en 1999, en Argentina, se llegaron a perforar horizontalmente más de 11 mil metros. Luego, se han hecho perforaciones horizontales de 20 mil metros.
Tomamos este texto de una tesis de maestría del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada:
Se observó una intensa actividad magmática debajo de las cuencas Salsipuedes Norte y Salsipuedes Sur
. El magma es lo que sale de un volcán, es roca fundida. Es una fuente tremenda de energía. Se puede perforar para extraer un fluido muy, muy caliente. Si es necesario, se inyecta agua o vapor. De un pozo perforado salen vapores de ácidos y otras sustancias corrosivas.
Cada ducto de salida, para evitar la corrosión, está hecho de una superaleación. Entre los materiales de la superaleación están el níquel, el cromo y el titanio, aunque hay una gran variedad. Tienen una gran resistencia a las altas temperaturas, a la corrosión y en general a la actividad química.
La CFE, al no usar estos recursos, ha causado corrosión en amplias partes de las plantas que ha instalado. Las superaleaciones permiten que el vapor sea más caliente que el que ha usado la CFE (150 grados). Con estos nuevos materiales se pueden alcanzar los 530 grados que usa una turbina comercial de vapor, o incluso más de los 600 grados que usan las turbinas más modernas.
Para estas mezclas corrosivas, antes de tocar otros materiales que no sean las superaleaciones, el ducto debe usarse con un intercambiador de calor. Se trata de un recipiente con líquido que absorbe y transmite calor. Pasa por ese recipiente un tubo de superaleación, que viene desde abajo, muy caliente y con los líquidos y gases corrosivos. El tubo sigue con forma de espiral. Pasa por adentro del recipiente (intercambiador), por la parte de abajo, y calienta el líquido del recipiente. Hay otro tubo que viene de arriba y luego regresa hacia arriba, con vapor muy limpio, y, como tubo en espiral también. se calienta con su contacto con el líquido del recipiente, del intercambiador de calor.
Este vapor limpio, ya muy caliente, se usa para mover una turbina de vapor, y con ella el generador que va a producir la electricidad. La transmisión de calor del ducto de entrada al del vapor limpio tiene un 20 por ciento de pérdidas, así que es muy práctico en relación con el calor subterráneo.
El vapor que ya se usó para generar electricidad sale todavía caliente, aunque no tanto como para producir más electricidad. Se puede usar este vapor, por ejemplo, para desalinización de agua del mar.
La CFE usa torres de enfriamiento para el vapor usado
, que así se desperdicia. Podemos y debemos usarlo para aprovechar ese vapor como dijimos, para desalinizar agua de mar, no simplemente como hacen los equipos de CFE, para descartarlo.
Es evidente la necesidad de una o más subestaciones para que la electricidad generada tenga el voltaje necesario. Con las largas distancias, tanto dentro de la península de Baja California como para su comunicación con las zonas norteñas de Sonora, y con el interior del norte del país, es necesario usar líneas de transmisión de superalto voltaje, 800 kilovolts, de corriente continua. Con la corriente continua no se distorsiona la oscilación de la electricidad a pesar de las grandes distancias. Para uso local en áreas de Baja California, bastan voltajes más bajos en la transmisión.
Con este sistema sustituimos las enormes cantidades de gas importado desde el norte. Dejamos de gastar un dineral en dólares. Dejamos de contaminar. Suprimimos las gigantescas cantidades que reciben los funcionarios por concepto de mordidas.
Y usamos una de las fuentes más baratas para generar electricidad, al no usar combustible, lo cual influye en bajar las tarifas de la misma.