Monterrey, favorito al título
Regresa un grande: León
abía una vez en el futbol mexicano un equipo al que le llamaban los millonarios. También le decían los millonetas, pero el significado era el mismo: un club con dinero y su emblema era un señor estirado con bastón y bombín.
Años después la empresa empezó a dejar al club en segundo plano y la mascota se transformó en un águila, pero en realidad le cortaron las alas. Con un presupuesto menor al de otras escuadras –sobre todo con el poder de los nuevos ricos, conocidos como los Bárbaros del Norte– y principalmente con contrataciones amañadas, el conjunto quedó reducido a uno de medio pelo, con jugadores esforzados pero limitados, que dependían exclusivamente de lo que pudiera hacer un solitario goleador llamado Chucho Benítez.
Más allá de los cuentos futboleros, como se esperaba, Monterrey fue mucho equipo para el América. Mientras el primer gol en el partido de regreso lo anotó el esforzado zaguero rayado José Basanta, en la banca amarilla el también central Oswaldo Vizcarrondo vivía sus últimos días de paseo en México.
La pregunta no es cuándo se va, sino por qué vino. Y la respuesta está, por supuesto, en ese dinero que se maneja en los fichajes. En Coapa desperdiciaron una contratación, pero creció una cuenta bancaria.
Si el Chelito Delgado era un solista en Cruz Azul, con La Pandilla encontró toda una orquesta dirigida por el Rey Midas, quien llega a otra final con su impresionante currícula de triunfos en sus 12 títulos disputados. Por su parte, Aquivaldo Mosquera no es ni la sombra de lo que fue en Pachuca. No defiende ni ataca ni nada. Aguavaldo, diría el polémico Ángel Reyna.
Lo único positivo es que Miguel Herrera demostró que sabe trabajar –después de tantos técnicos que sólo llegaron a tirar verso– y que si le dan continuidad y algunos refuerzos podría realizar algo positivo en Coapa.
Víctor Vucetich ha sido catalogado como técnico defensivo. Así ganó, por ejemplo, el campeonato con un Tecos en el que 10 defendían y sólo atacaba el implacable Osmar Donizete. Pero ahora, con el equipazo que tiene, Monterrey se muestra sólido a la defensiva y poderoso al frente: sin duda, el favorito al título.
Después de una decena trágica, el León está de regreso. Hay equipos que no merecen descender: los Esmeraldas son uno de ellos. Es un club con tradición, tiene un estadio con esencia futbolera y aficionados que se mueren por sus colores. Con sus cinco títulos sólo están por abajo de Chivas, América, Toluca, Cruz Azul y Pumas.
El único problema es que retorna con todo lo que representa Pachuca. Si para el próximo torneo Televisa vendió al San Luis, los Tuzos ahora tienen dos clubes –igual que la televisora del Ajusco–, sabiendo lo que la multipropiedad ha perjudicado al balompié nacional.
Mientras, los equipos se arman y desarman. Guillermo Vázquez decidió hacerse a un lado –muchos lo ubican en el Toluca– porque en Pumas le advirtieron que no le cumplirían sus peticiones de refuerzos. Otro extraño caso el de los auriazules. Ha sido uno de los clubes que más ventas ha realizado, inclusive a Europa, pero sus arcas están vacías.
Hay amores que matan, dijo Enrique Meza hace unos semanas sobre su relación con Cruz Azul. Y ya quedó claro en su tercera etapa con los celestes: el Ojitos, que tantos éxitos dio a los Diablos Rojos, Pachuca y hasta a Neza, no es para los Cementeros.
A Antonio Mohamed ya lo ubicaban en La Noria, pero el Turco renovó contrato con unos Xolos a los que ya enseñó a ladrar y ahora pretende que muerdan.
Otro retorno es el de Ricardo La Volpe. En busca del tiempo perdido, Atlante apostó por un jinete probado, pero que llega con la alforja llena de fracasos en los clubes argentinos Boca Juniors, Vélez, Banfield, y con la selección de Costa Rica.
Si los Potros ahorran con lo que el gobierno de Quintana Roo los apoya –renta del estadio, vigilancia y servicios–, ahora deberán gastar en un técnico que, pese a todo, se sigue cotizando caro.