Alumnos de la Universidad Iberoamericana (Uia) acordaron conformarse como una red de estudiantes en pro de la democracia sin ninguna bandera partidista y con un objetivo: abrir un espacio a la discusión de las ideas y la información del ciudadano.

Luego de convocar a su primera asamblea estudiantil, a la que asistieron poco más de 150 jóvenes, aunque se tienen estimaciones de casi mil seguidores, afirmaron que “salimos decididos a continuar pese a las amenazas. Lo que se generó –tras la visita de Enrique Peña Nieto a esa casa de estudios– va más allá de la Ibero y vamos a seguir dando la cara”.

Óscar Caballero y Víctor Máximo, alumnos de la licenciatura en comunicación, afirmaron que somos universitarios, tenemos un pensamiento y entendemos otras realidades sociales con las que nos solidarizamos. Discutir el futuro de México va más allá de si eres de una universidad pública o privada. Por ello, la intención es crear una red interuniversitaria que permita acercamientos con estudiantes de otras instituciones, tanto particulares como públicas.

Consideraron que una formación humanista, que los compromete con la reflexión en torno a su papel como individuos en la sociedad, también alentó la organización de los estudiantes.

Puede sorprender que jóvenes de clase media se involucren, pero no somos ajenos a las luchas de Atenco o de Pasta de Conchos. Nuestros programas académicos tienen, generalmente, incluida la inserción comunitaria, y si acompañamos a obreros, campesinos, a indígenas y migrantes, la realidad del país no nos es ajena.

Pablo Reyna Esteves, profesor y asistente del Programa de Interculturalidad y Asuntos Indígenas de la Uia, señaló que los jóvenes universitarios no son manipulables y tienen derecho a estar indignados. Aseguró que su activismo en redes sociales también es una forma de aprendizaje que han comenzado a construir.

Narró que el pasado 11 de mayo, cuando el candidato del la alianza PRI-PVEM acudió a un encuentro con la comunidad universitaria, un sector de los estudiantes enfrentó, quizá por primera vez, la violencia del sistema priísta. Se encuentran en un espacio donde les quitan sus pancartas, donde comienzan a conocerse versiones de que les ofrecen dinero por no preguntar, con un Estado Mayor Presidencial sacándoles fotos, donde se dan cuenta de que en su universidad opera el sistema. Eso los molestó. Luego vino esa respuesta bravucona, mentirosa y cínica sobre Atenco.

Estos hechos y los del día siguiente, donde los tachan de acarreados, de ser manipulables, afirmó, se fueron sumando y se hizo algo colectivo. Fue una sensación compartida de que algo está mal. De estar hasta la madre colectivamente. Eso hace que se organicen, se convoquen y se reconozcan. En los pasillos de la universidad, afirmó, se hablan, se reconocen. Quizá jóvenes que no habían estado en contacto, que vienen de muy diversos grupos y formas de pensar. Su indignación también los une.

Para Óscar y Víctor, la convocatoria es clara. Sin banderas políticas, sin etiquetas partidistas. Tiene que existir respeto a todas las formas de pensar. Lo central es exigir un proceso (electoral) transparente, con ciudadanos informados, y donde podamos expresar libremente las ideas. Por eso nos conformamos como una red y no como un movimiento estudiantil, porque aquí no hay líderes, todo debe ser horizontal.