Prefieren que el producto se pudra antes que aceptar 20 centavos por kilo; Sagarpa mediará
Lunes 21 de mayo de 2012, p. 28
Amatitán, Jal., 20 de mayo. Desde la cima de la loma en la comunidad El Potrero de los Méndez, en Amatitán, hasta donde alcanza la vista, se observa que los gusanos se han comido la miel que sería tequila porque muchos productores de agave prefirieron que la tierra se tragara la cosecha antes que regalarla a 20 centavos el kilogramo.
Los cerros de Amatitán y Tequila, en la región de los Valles de Jalisco, se ven trasquilados, con magueyes sólo en áreas donde los agricultores no se rinden. En la mayor parte de la superficie sin sembrar terminan de pudrirse los restos de miles de agaves Tequilana weber, huella de la fiebre del oro azul que se inició hace 12 años, con el auge del tequila, que llevó el precio del kilogramo a 18 pesos.
Hoy, en casi todas las tierras en el corazón de la zona de denominación de origen del tequila se prepara la siembra de maíz, sorgo o frijol. Aunque el precio repuntó, el kilogramo de agave se paga aún por debajo de su costo de producción, calculado en 2.85 pesos ya jimado y llevado a la planta tequilera.
“Hemos detectado que algunos coyotes (intermediarios) introducen agave de fuera de la zona de denominación de origen”, dijo Raúl García Quirarte, secretario general del recién integrado Consejo Nacional de Productores de Agave Azul Tequilana, que aglutina a la mayoría de los productores de esa planta en los 181 municipios que en varios estados cuentan con declaratoria de denominación. Esa región incluye los 125 municipios de Jalisco, 11 de Tamaulipas, ocho de Nayarit, siete de Guanajuato y 30 de Michoacán.
No hay cifras de cuánto mermó la producción legal por el ingreso de agave sin certificar, que según productores llega principalmente de Sinaloa, Zacatecas, Oaxaca o del estado de México. Pero hay 14 empresas bajo investigación del Consejo Regulador del Tequila (CRT), asociación de tequileros creada para cuidar la denominación de origen de la bebida.
El nuevo consejo, al que pertenecen organismos como El Barzón, Productores de Agave de Tamaulipas, el Consejo Mexicano del Agave y la Unión de Agricultores de Tequilana weber de los Altos, entre otros, anunció el 18 de mayo un proyecto para integrar una cadena para que los productores puedan cuenten con un precio de garantía y los industriales tengan la certeza de que recibirán el millón de toneladas anuales de agave que requieren para la producción de tequila.
En tanto, numerosas plantas de agave mueren en espera del repunte y los gusanos que se comen las piñas abandonadas.
Sólo los agricultores de más tradición, conocedores del ciclo de producción y demanda de un cultivo que requiere al menos siete años para estar a punto, sonríen por el acuerdo que vislumbran.
El 16 de mayo, el delegado de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación en Jalisco, Juan Antonio González, anunció a productores de agave que esa dependencia mediará para que industriales y productores lleguen a un precio que beneficie a las dos partes; además, intensificará la vigilancia para impedir la entrada de agave ilegal.
Es un ciclo que se presenta cada ocho o 10 años. Hay sobreproducción y luego escasez, lo que hace fluctuar los precios. El consejo propone una planeación estratégica de plantaciones
, con base en las necesidades de la industria, dijo García Quirarte.