Gente, música, mar y santería son abordados en los cortos que integran una cinta
Jueves 24 de mayo de 2012, p. 9
Cannes, 23 de mayo. La entrañable capital cubana, con su gente, su mar, su música, su dura vida cotidiana y sus lugares comunes, se mostró este miércoles en la lujosa Cannes y su festival, en el filme Siete días en La Habana, presentado en la sección Una Cierta Mirada.
Siete realizadores del mundo –Benicio del Toro, Pablo Trapero, Julio Medem, Elia Suleiman, Gaspar Noé, Juan Carlos Tabío y Laurent Cantet– participaron en ese proyecto fílmico que ofrece una visión caleidoscópica de la vida habanera.
El puertorriqueño Benicio del Toro filmó en El Yuma a un joven turista estadunidense que descubre La Habana por primera vez. Seducido por las mujeres, el ron y los cigarros, está a punto de irse a la cama con un travesti, pero su ángel guardián lo salvará.
En Descarga, el argentino Pablo Trapero realizó un filme en el que su protagonista es el conocido cineasta serbio Emir Kusturica, quien llega a Cuba para recibir un premio, pero está más atraído por la rumba y la noche que por la fama.
La tentación de Cecilia, del español Julio Medem, está inspirada en la novela Cecilia Valdés, de Cirilio Villaverde.
Desafío
El director palestino Elia Suleiman se pone en escena él mismo en su Diario de un debutante, un poco perdido en La Habana, esperando una reunión organizada por la embajada de Palestina.
Fue un desafío hacer ese filme, porque no me siento atraído para nada por ese mundo, que conocía sólo por medio de la literatura. La música cubana no me dice nada, ni los mojitos ni las mulatas
, declaró Suleiman.
La embajada palestina estaba vacía, como se ve en la película. No es funcional. ¿De qué sirve esa embajada? La estatua de Yasser Arafat que se ve tiene labios a la cubana
, añadió.
Lo que más me impactó fue la ternura de la gente. La relación que tienen entre ellos, en esta época de decadencia global que vivimos, y su relación religiosa con el mar. Filmar en La Habana me produjo extrañamente reminiscencias sobre mi infancia
, agregó.
El francés Laurent Cantet, quien en La fuente pone en escena a una santera, que construye un altar para la Virgen y Oshun, habla sobre sus sensaciones en La Habana.
En Cuba nada parece posible, pero al fin y al cabo la gente se las arregla para salir adelante. Lo colectivo está muy presente, es un valor positivo
, dijo.
En Siete días en La Habana hay personajes que aparecen de un corto a otro, como el santero que ha encargado dulces para la fiesta con Oshun.
Los escritores cubanos Leonardo Padura y Lucía López Coll coordinaron el guión de esta película repleta, por supuesto, de música, mar, mulatas y santería.
El franco-argentino Gaspar Noé, en Ritual, muestra también una ceremonia de santería para limpiar a una joven adolescente que descubre su sexualidad lesbiana.
¿Qué es lo diferente de la vida en París, donde vivo, o de Argentina, donde nací? Me dije: los rituales, la religión. Son aspectos diferentes a los de las sociedades occidentales
, dijo.
Versión suave
Elegí la versión más suave de la santería, sin sacrificios de animales: una muchacha desnuda en medio del monte, costaba poco, porque además no había mucho presupuesto. Yo mismo hice la fotografía
, dijo.
Cuba es la decepción cultural más grande que he sentido. Se percibe mucho su cercanía con Miami, con el gran imperio mundial
, añadió Noé.
Es uno de los países que siguen haciendo soñar, como un sueño universal. Los cubanos, gracias a la mirada ajena, se sienten orgullosos de ser cubanos, incluso los castristas y los no castristas. Los argentinos, contrariamente a lo que dicen los chistes, no se sienten orgullosos de ser argentinos. Y los franceses tampoco sienten ese orgullo nacional
, declaró.
En Cuba, como no hay mucho que consumir, la gente consume sexo. Hay una superenergía sexual en La Habana. Hay ciudades que inspiran. La capital cubana es una de ellas, aunque lamento no haber ido a otras ciudades, como Santiago, menos turística
, concluyó Noé.