Un panorama desalentador para el atletismo de fondo vislumbra el entrenador Rodolfo Gómez en los Juegos Olímpicos de Londres que se celebrarán en dos meses.

Aunque las mejores cartas de México son Juan Luis Barrios, en las pruebas de 5 y 10 mil metros, y la maratonista Madaí Pérez, Gómez estimó que si ambos culminan entre los 16 mejores sería una actuación normal, tomando en cuenta la grave crisis que aqueja a la disciplina desde hace más de 20 años.

Sin menospreciar el nivel que tienen los dos atletas en el ámbito del continente americano, Gómez resaltó que en las citas veraniegas es otro mundo, pues mientras el avance deportivo en diversas naciones ha crecido, México sigue estancado y no se han dado los resultados deseados.

Puso énfasis en el caso de Juan Luis, quien al ser el mejor corredor que se ha tenido en los recientes años todavía no ha dado ese gran salto, además de mostrar su desacuerdo por haberse ido a entrenar a Estados Unidos en tan corto tiempo, cuando lo más idóneo era de un año y no tan cerca del compromiso a Londres al lado de Paul Lagat, el estadunidense de origen keniano.

Recordó que hace muchos años varios fondistas hicieron lo mismo antes de su participación olímpica y no les favoreció; por eso intuye que difícilmente Juan Luis pueda mejorar sus resultados. Experiencia tiene, pero contra kenianos y etiopes, dominadores de esas distancias, no creo que ceden las medallas.

Gómez apuntó que si el mexiquense consigue clasificar a la final de 5 mil sería un logro y más si mejora su tiempo, ya que en 10 mil, que es final directa, si supera los lugares de Arturo Barrios y Germán Silva, quinto y octavo en la justa olímpica de Barcelona 1992, sería un gran avance, pues desde el cuarto lugar de Juan Martínez, en México 68, es lo más cercano que se ha estado del podio.

En lo que respecta al maratón femenil, el experimentado técnico mencionó que Madaí Pérez tiene la fortaleza para terminar la prueba, ya que tiene la experiencia de Pekín 2008, mientras en varones no hay buenos augurios para mejorar el sexto y octavo sitios de Silva y Benjamín Paredes, en Atlanta 1996.