a presentación, en la sala principal del Palacio de Bellas Artes, del programa del 40 aniversario del gran Festival Internacional Cervantino, llamado amorosamente FIC, señaló Consuelo Sáizar, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), me pareció impecable.

No hubo trabas, colas ni jaloneos para los invitados, a los que amables edecanes entregaron un póster, información y regalitos de Suiza y Polonia, países invitados de honor. Poco a poco la concurrencia, en su gran mayoría con ropa de discreta elegancia, fue acomodándose en el butaquerío, lo que me trajo una remembranza de mi infancia, cuando para ir a misa y a los conciertos de Bellas Artes o del teatro Metropólitan era costumbre vestirse, si no de gala, sí formal. En esta ocasión no faltó quien fuera al estilo onda relax con short o de pants.

Una larguísima mesa, casi de extremo a extremo del proscenio, estaba adornada con una trinchera de ramos enormes de alcatraces. En el presídium estaban las autoridades responsables del Cervantino, gobernadores y embajadores. Uno a uno se acercó al micrófono para informar sobre las actividades y expresar su sentir sobre tan grato suceso.

Fue Lidia Camacho, con su carisma y brillantez, la última en tomar la palabra. Con el apoyo de un video, habló de los artistas que participarán en el festival, a realizarse del 3 al 21 de octubre en Guanajuato. Fue breve, pero concisa en la novedad e importancia de cada artista compañía o grupo.

En una gran pantalla se proyectó un collage de la programación, con impactante musicalización. Realmente fue muy satisfactorio ver un corto bien hecho, de musicalidad concordante, que prácticamente arrastró al torbellino maravilloso de lo que se verá en el FIC: grandes artistas, orquestas, grupos de teatro, danza, arte plástico, conferencias, talleres, exposiciones y todo lo que ya se ha detallado en diversas publicaciones, que sin duda hará las delicias de los amantes de cada disciplina.

En danza se verá el antiguo ballet Esmeralda, con la Compañía Nacional de Danza interpretado por la mexicana Elisa Carrillo, primera bailarina de la Ópera de Berlín, que acompañará por la Orquesta del Teatro de Bellas Artes en una coproducción del FIC y del Instituto Nacional de Bellas Artes. Asimismo, se ofrecerá una función homenaje al gran compositor mexicano José Pablo Moncayo en el centenario de su nacimiento con la recreación del famoso ballet Zapata, de Guillermo Arriaga, y de Tierra, que coreografió en los años 50 la inolvidable Elena Noriega, la China Noriega.

El gran Theatre de Genéve, de Suiza, presentará Glory, una de las más recientes obras del coreógrafo Adonis Foniadakis. El francés Philippe Decouflé mostrará una obra impregnada de contrastes y erotismo llamada Octopus (Pulpo), y el Pekín Dance Theatre se presentará con la propuesta Prisma.

La compañía mexicana Delfos Danza Contemporánea escenificará un espectáculo multidisciplinario, que conjuga el trabajo y talento artístico del compositor Mario Lavista y de Claudia, su hija. También se verá Rituales, de la Compañía Cuerpo Mutable, y Teatro en Movimiento de Lidia Romero, que conmemora 30 años de trabajo. El Ballet Folclórico de México de Amalia Hernández presentará su programa 60 aniversario.

La espléndida danza tradicional de Indonesia estará presente con el grupo Royal Court Dancers of Mangkunegaran, que ofrecerá una propuesta con danzas javanesas.

Una vez terminada la presentación del programa se invitó al público a ver un breve espectáculo del ballet Folklórico de Sinaloa, estado invitado de honor al FIC, cuyo repertorio incluye un interesante trabajo sobre los venados, lo cual es afortunado, pues luego de los grand jetes del venado de doña Amalia no había surgido ninguna otra recreación sobre el mítico animal.

Posterioremente se ofreció una conferencia de prensa en la Sala Ponce y un cotel en el vestíbulo del Palacio, donde sí hubo cola para degustar los deliciosos chocolatines suizos y pastel, así como generosas brochetas de camarón y callo de hacha sinaloenses, antojitos mexicanos, bebidas y refrescos afanosamente servidos por un batallón de meseros.

Sinaloa también exhibió un pequeño muestrario de artesanías, como los famosos tenabares y capullos de mariposa secos, los cuales usan los bailarines tradicionales y que hace años no veía.

El próximo FIC será pujante y prometedor una vez más, aun en medio del horror que estremece el corazón de los mexicanos, que apuestan por la vida, el arte y la cultura. Enhorabuena.