Por problemas familiares o simplemente porque no la han necesitado, desde menores de edad hasta personas de más de 80 años viven como indocumentados en zonas marginadas del Distrito Federal, ya que no cuentan con acta de nacimiento.

En delegaciones como Milpa Alta y Tláhuac los padres prefieren que sus hijos los ayuden a sembrar que mandarlos a la escuela, y por ello no necesitan registrarlos. A los adultos mayores les basta con su fe de bautizo para realizar algún trámite. Así sacan sus credenciales de elector.

Para muchas personas trasladarse a las oficinas centrales del Registro Civil de Arcos de Belén es un problema, por el tiempo que les toma llegar y el gasto en pasajes.

Mi mamá tiene 93 años. Ella tenía acta de nacimiento, pero de Guanajuato. Se quemó el Registro Civil de allá y ya no pudimos sacarla. Ahora, para todo la piden. El otro día fui a Arcos de Belén y no arreglé nada. Se me cayó, y ni lo que gasté en el taxi, comentó la señora Guadalupe, quien por una vecina se enteró de que iban a estar los del registro en el pueblo de San Francisco Tlaltenco, delegación Tláhuac.

Otro señor pasó en su camioneta y al ver la carpa se acercó a preguntar qué se necesitaba para sacar el acta de nacimiento de su papá, Felipe Encarnación Linares, de 103 años. Para renovar su credencial de elector nos están pidiendo el acta, comentó su hija Carmen.

Mientras espera que le den su documento, María de la Luz Nogeron, de 80 años, platica que antes su fe de bautismo era suficiente para realizar cualquier trámite.

Gabriela tuvo problemas con su mamá y no le quería dar su constancia de alumbramiento, por lo que no había registrado a Jesús, quien está por cumplir cinco años. Érick Azael ya tiene un mes y su mamá no ha podido registrarlo. Me hicieron césarea, no podía moverme, justifica.

Como parte del programa de modernización administrativa se hizo un análisis de las necesidades de los servicios del Registro Civil en zonas donde los ciudadanos se encuentran en desventaja social o grado de vulnerabilidad, y se decidió poner en operación en octubre de 2010 el juzgado móvil, explicó Enedina Jaramillo, encargada de Programas Especiales del registro.

Durante su recorrido por las colonias más vulnerables ha atendido a cerca de 18 mil personas, entregado 28 mil 601 actas y realizado más de 6 mil registros, desglosó Óscar Alberto Torres, titular de Unidades Móviles.

En promedio, el trámite toma entre 20 y 30 minutos. En tres minutos el usuario tiene el acta para checar sus datos y en caso de algún error hacer la corrección, abundó.

Entre los casos que les ha tocado atender en estos casi dos años, la encargada de Programas Especiales recuerda: En Álvaro Obregón llegó una pareja de Oaxaca a registrar a sus 10 hijos. El más grande tenía 13 años. El señor estuvo en la cárcel y ahí aprendió a leer y escribir. Su esposa tenía que trabajar para mantener a la familia, y no tenía ni tiempo ni dinero para registrarlos. El titular de Unidades Móviles refiere que en Milpa Alta un niño de 10 u 11 años se acercó al juzgado, quería ir a la escuela, pero su papá prefiere que lo ayude en la siembra. Sabe leer y escribir un poco, porque le ayuda a sacar la basura a una señora que tiene una papelería y ella le enseña.

El servicio se brinda de lunes a sábado de 9 a 15 horas, y se avisa a la población que estará la unidad móvil por medio de volantes. Si hay gente nos quedamos más tiempo, aseguró Torres García.