El Centro de Arte Dramático AC (Cadac), que en 1975 fundó Héctor Azar con el objetivo de crear un espacio dedicado a la formación de actores y a la difusión del teatro, hoy está en peligro de desaparecer porque terminó el comodato del inmueble federal que ocupa en la esquina de Centenario y Belisario Domínguez, en Coyoacán, informó en entrevista con La Jornada Rabindranath Espinosa, director general del centro.

Espinosa continúa: El inmueble nos fue requerido por el Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales (Indaabin), de la Secretaría de la Función Pública, porque, según él, cobrar los cursos y talleres que impartimos nos hace una asociación con fines de lucro, no civil. Desde que fue fundado se han hecho dos contratos de comodato y el segundo venció el 27 de marzo pasado. Solicitamos la renovación en diciembre de 2011 con la idea de cumplir todos los requisitos para renovar el comodato y seguir trabajando, pero el 3 de abril el Indaabin contestó que la legislación había cambiado y el comodato no sería renovado porque ahora sólo era para asuntos de asistencia social, para atender a grupos en indefensión, y que todos los servicios tenían que ser gratuitos. Señaló que el Cadac tenía ingresos por los cursos que imparte. Le explicamos que esos ingresos eran para solventar lo mínimo necesario para que funcionara el centro, como servicios y equipo.

Dentro de la norma, pero ahora los requisitos son otros

Agregó: “El instituto respondió que entendía la parte social que hacemos y le explicamos cómo trabajamos con los niños y los adolescentes, para los que el teatro es parte de su formación integral. También le hablamos del trabajo con los adultos y cómo los beneficia... Sin embargo, señaló que la parte educativa y artística, así como el trabajo con los niños y los jóvenes, no eran considerados de asistencia social. A pesar de que hemos trabajado con chicos de la calle, nos dijo que eso no era parte estructural de nuestro programa.

Presentamos informes anuales ante el Indaabin y personas de ese instituto realizan inspecciones físicas. No entendemos por qué ahora se niegan a ampliar el comodato; nos dijeron que sí estamos dentro de la norma anterior, pero ahora los requisitos son otros.

Rabindranath Espinosa mencionó: En el Cadac no estamos cerrados a tener una parte estructural de la asistencia social; lo haríamos con todo gusto recibir chicos, jóvenes o adultos, eso no tendría mayor problema, sólo hacer convenios con otras asociaciones. Pero, desde luego, no podemos dejar de hacer la otra parte porque el Cadac fue concebido así, esa ha sido su esencia en estos 27 años.

Tajante, Rabindranath Espinosa dijo: “Queremos que no desaparezca el Cadac, por todo lo que implica... Imagínate, una de las cosas que nos han propuesto es arrendar, lo que significa ‘entréganos el edificio’, porque el arrendamiento se fija de acuerdo con el valor catastral de la zona, un imposible para Cadac, porque está fuera de su alcance. No lo consideramos porque sería imposible generar un recurso de esa magnitud”.

El primer día de junio vencerá el comodato. Al respecto, Rabindranath Espinosa informó: Se presentó un recurso de apelación, pero no me quiero meter en esos terrenos, porque son muy delicados; eso se lo quiero dejar a los abogados. Según me explicaron, la ley permite tener ingresos a una asociación civil siempre y cuando sean aplicados a la función que implica a la institución y, de verdad, trabajamos como asociación civil; sin embargo, para el instituto estas cosas no tienen mayor relevancia. El Cadac no se mantiene con dinero, sino con el trabajo de los que estamos en él; los que han ido hacer las inspecciones se han dado cuenta de lo que representa hacer ese tipo de manutención... el 2 de mayo llegó un aviso de que teníamos 30 días naturales para desocupar el inmueble; por eso interpusimos el recurso directamente ante el Indaabin y, por otra parte, promovemos un amparo.

Espinosa continuó: No queremos estar fuera de la ley ni tener un trato extraordinario, sino tener tiempo para ver cómo podemos encontrar una solución para que un espacio de la naturaleza del centro no se pierda... esto tiene sentido para la gente de cultura, pero los funcionarios sólo ven un inmueble... El Cadac tiene una biblioteca y una fototeca importantísimas, que han sido consultadas por el Instituto Nacional de Bellas Artes y la Universidad Nacional Autónoma de México para algunas publicaciones, pues esas instituciones no tienen ese material; está todo el archivo de Héctor Azar, el vestuario y el mobiliario. Ésa es la parte documental, pero lo más importante es por qué cerrar un espacio de estas características cuando se deberían abrir más, ante las necesidades de la población.... Buscamos un acercamiento con el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, porque nos tiene que dar una solución. Pensar en desalojarnos se me hace un acto de barbarie, concluyó.