Tepic, Nay., 29 de mayo. Ejidatarios de la comunidad Francisco I. Madero (también llamada Puga) marcharon la mañana de este martes por la avenida México de esta capital para exigir que les devuelvan un predio de 9.5 hectáreas donde hay un balneario con manantial de aguas termales, pozas artesanales y albercas.

El problema se inició en 1994, cuando un sacerdote de quien sólo recuerdan que se apellidaba Morelos Partida solicitó al comisariado ejidal de Puga permiso para edificar unas cabañas y un asilo de ancianos, así como ofrecer curas con aguas termales y medicina alternativa.

En 2004, el Programa de Certificación de Derechos Ejidales y Titulación de Solares Urbanos (Procede) se aplicó en la región y las tierras fueron otorgadas al ejido de Puga, afirmó el ex comisario ejidal Rodolfo López Ortega.

Sin embargo, el sacerdote falleció en 2008 y, pese a no ser propietario de las tierras, según López Ortega, las heredó a su madre, quien murió poco después y cedió la posesión a otro de sus hijos, quien edificó albercas y cercó el terreno con malla ciclónica.

Cientos de familias acuden a este sitio, sobre todo los fines de semana. La cuota es de 10 pesos por persona.

En la zona, señalaron los quejosos, hay negocios de venta de frutas, botanas, tortas, refrescos y golosinas, que generan ingresos extras para la familia Morelos Partida.

El ex comisariado ejidal explicó que él y sus compañeros, respaldados por un fallo que emitió el Tribunal Agrario con sede en Tepic, acudieron hace siete meses al Ministerio Público de Puga para solicitar el desalojo de los familiares del clérigo, pero nada ha sucedido.

Nosotros queremos que dejen el libre paso a los ejidatarios, y que el dinero que se obtenga sea manejado por nosotros para destinarlo a mejoras en nuestra localidad, aseguró Rodolfo López.

Calculó que cada viernes, sábado y domingo deben de recolectar alrededor de 15 mil pesos por entradas, dinero que va a las manos de la familia de Morelos Partida.

Los ejidatarios fueron atendidos en el palacio de gobierno por el subsecretario de Asuntos Jurídicos, Lucas Vallarta Chan, con quien acordaron una reunión en el Tribunal Unitario Agrario para presentar una denuncia.

Las albercas de agua caliente, como se les conoce, se ubican en el norte de Tepic, en un cerro con veredas por donde escurre agua natural a pozas artesanales a mitad de la colina. Las presuntas propiedades medicinales de estas aguas atraen a turistas nacionales y extranjeros.