Mundo
Ver día anteriorJueves 31 de mayo de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Dividido el gobierno; reprimir o convencer a disidentes, la disyuntiva

Planean inconformes rusos nuevos desafíos al Kremlin; se manifestarán el 12 de junio
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 31 de mayo de 2012, p. 29

Moscú, 30 de mayo. Tres semanas después del regreso de Vladimir Putin al Kremlin para un tercer periodo presidencial, el movimiento de protesta que surgió de modo espontáneo en las grandes ciudades no se ha extinguido y, por el contrario, los inconformes plantean nuevos desafíos a las autoridades.

Aquí en Moscú, un sector de los descontentos, los más radicales, se propone salir a la calle, una vez más, el 12 de junio, Día de la Soberanía de Rusia, fiesta nacional de este país, desde que se suprimió la conmemoración de la revolución bolchevique de 1917.

La alcaldía capitalina rechazó hoy el trayecto de la marcha y el sitio del mitin propuesto por los organizadores, y alegó que es imposible realizar una manifestación dentro del llamado Anillo de los Jardines –periférico que ciñe el centro mismo de Moscú–, por las actividades oficiales en la Plaza Roja y otros lugares dedicados a celebrar la efeméride.

Los funcionarios sugirieron otro lugar más alejado, pero los convocantes dicen no estar dispuestos a aceptar un lugar fuera del Anillo de los Jardines y, a la brevedad, reformularán su solicitud inicial.

Este forcejeo es propio de una situación que el Kremlin no sabe como controlar. La alcaldía de Moscú y su titular, Serguei Sobianin, quien no quiere ni disturbios ni víctimas, representa una parte de las autoridades rusas con voluntad de negociar, pero siempre y cuando sea ella la que fije las reglas de dónde y hasta qué punto expresar la protesta.

Hay dos posiciones más en la elite gobernante, contrapuestos los grupos. Por un lado, el que encabeza Vladislav Surkov, viceprimer ministro y ex encargado de la política interna desde el Kremlin, el cual cree que deben hacerse pequeñas concesiones a los inconformes, porque están convencidos de que el movimiento de protesta se escindirá y desaparecerá.

Y por el otro, el grupo del actual responsable en el Kremlin de la política interna, Viacheslav Volodin, que declina ceder en nada y aboga por la fuerza para reprimir a los descontentos y apuesta por seguir movilizando recursos –esto es, gastando ingentes sumas del presupuesto federal– para aparentar que los seguidores del presidente de Rusia son mayoría.

En tanto, indeciso y no exento de preocupación, Putin aún no se pronuncia con claridad en favor de alguna de las tres actitudes que se observan en su entorno en relación con los inconformes.

Por ello este miércoles, el mismo día que se anuncia que los diputados oficialistas de Rusia Unida en la Duma están dispuestos a aprobar, en segunda lectura del proyecto de ley, una disminución significativa de las multas por alterar el orden en las manifestaciones autorizadas, se presenta a dos nuevos detenidos por los disturbios del pasado 6 de mayo.

Los policías apedreados por los manifestantes recibieron de regalo de la alcaldía de Moscú nuevos departamentos para vivir con sus familias, y quienes presuntamente lanzaron las piedras –entre ellos, Aleksandra Dujanina, una muchacha de 18 años– enfrentan juicios con eventuales condenas de muchos años de cárcel.

Los inconformes moderados, ya en pleno proceso de distanciamiento de los radicales, también piensan en hacerse presentes el próximo 12 de junio.