Opinión
Ver día anteriorSábado 2 de junio de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Apuntes Postsoviéticos

El sueño y la realidad

E

l liderazgo de Mijail Saakashvili –presidente de la república de Georgia, que tiene una privilegiada ubicación geopolítica en la región del Cáucaso, muy valorada por Estados Unidos– es cada vez más cuestionado por un sector de la población descontento con sus reformas de inequívoco corte neoliberal.

La oposición, por primera vez en mucho tiempo, tiene ya una figura que puede disputarle la presidencia, Bidzina Ivanishvili, un multimillonario que hizo fortuna en Rusia, emigró a Estados Unidos y Francia y regresó a Georgia para, mediante el respaldo de las urnas electorales, tomar las riendas del país.

Fundó una amplia coalición que denominó Sueño Georgiano y que aspira a ganar las legislativas de octubre próximo, como primer paso en su camino hacia la presidencia, cuando espera asumir el poder el año siguiente por la vía democrática y pacífica.

En una demostración de fuerza –inusual para este país– Ivanishvili reunió el domingo anterior, en la céntrica plaza de la Independencia de Tbilisi, la capital georgiana, a cerca de 100 mil seguidores, que no se cansaron de exigir a gritos la dimisión de Saakashvili.

El mandatario ni renunció ni piensa hacerlo, pero no se descarta que tenga que dejar la política al término de su segundo mandato presidencial, ya que la Constitución vigente no permite un tercer periodo consecutivo. Desde luego, en caso de que el Movimiento Nacional Unido, su partido político, gane las elecciones parlamentarias es de suponer que nombre a Saakashvili como jefe de gobierno.

Pero ante la hipotética posibilidad de que Georgia tenga un nuevo presidente, muchos se preguntan qué va a pasar en la relación de Tbilisi con Moscú.

Hoy por hoy, están en su peor momento. Hay una guerra ganada por Rusia en agosto de 2008 y una humillación a toda una nación que, al margen de quién la gobierne, difícilmente se podrá olvidar en Georgia, la cual perdió a Abjazia y Osetia del Sur que, guste o no, formaban parte de su territorio.

Al mismo tiempo, existen muchos vínculos de carácter histórico entre Rusia y Georgia, minimizados desde que se hizo oficial la ruptura de relaciones diplomáticas: cerca de un millón y medio de georgianos –casi una cuarta parte del total de su población– residen y trabajan fuera de su país, la inmensa mayoría en territorio ruso, y las remesas que envían, cercanas a los 700 millones de dólares al año, son vitales para la subsistencia de sus familias.

Sin embargo, tras el “Sueño…” se impone la realidad: con Ivanishvili como presidente, la relación con Rusia será como ahora, igual de mala. No hay diferencia entre las metas de Saakashvili y las que acaba de proclamar como suyas: Hacer de Georgia miembro de pleno derecho de la Unión Europea y de la OTAN.