El movimiento #YoSoy132 ha conseguido cosas que hace dos meses parecían imposibles: que los medios los volteen a ver, aglutinar en una sola voz las diversas temáticas y problemas de la juventud y mostrar gran capacidad de argumentación, organización y crítica, señalaron académicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey.

Indicaron que a diferencia de las revueltas estudiantiles de finales de los años 60 del siglo pasado, que fueron “luchas contra los gobiernos en turno, ahora el enemigo a vencer son los medios de comunicación, particularmente los electrónicos, que al ser poderes fácticos son mucho más relevantes que ir contra un determinado partido o político”.

José Antonio Pérez Islas, coordinador del Seminario sobre Juventud de la UNAM, dijo que si bien aún no se puede determinar si el movimiento se mantendrá después de la coyuntura electoral, ha sido muy novedoso el que no surge como un enfrentamiento directo con la autoridad, pues se identificó otro enemigo más fuerte, que son los medios de comunicación, que son los que arman estereotipos, los que manipulan, al menos en su visión de las cosas.

Sus demandas representan a muchos ciudadanos

Imanol Ordorika, ex líder del Consejo Estudiantil Universitario durante el movimiento que se dio en la UNAM entre 1986 y 1987, y ahora director de Evaluación Institucional, aseguró: La palabra importante es la de ellos. Ellos son los protagonistas. Es una generación nueva, con métodos nuevos y formas de hacer política diferente, no equiparable o comparable a ninguna previa. Han demostrado creatividad y enorme frescura para construir un proyecto unificado y demandas que representan a muchos ciudadanos. No necesitan que ninguno de nosotros les enseñe nada ni les dé lecciones o recomendaciones.

Fernando Gutiérrez Cortés, director del Departamento de Comunicación del Tecnológico de Monterrey, y Herlinda Suárez, investigadora en temas de la juventud del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM, con sede en Cuernavaca, Morelos, se refirieron al papel de las redes sociales en el movimiento #YoSoy132.

Durante la manifestación de #YoSoy132 en la ciudad de México, el pasado 23 de mayoFoto José Carlo González

Para Suárez, el uso de las tecnologías de la información y la comunicación ha dado a esta generación una identidad y ha vuelto horizontal su comunicación. Se trata de jóvenes con formación académica, lo que impide que sean engañados fácilmente.

Se demuestra que la educación sí sirve. La información de mentiras no hace conocimiento y ellos lo saben. Han asumido una identidad y una posición contra un viejo régimen representado hoy en Enrique Peña Nieto.

El académico del Tec de Monterrey dijo que quienes se han sumado a este movimiento son parte de una generación de usuarios de nuevas tecnologías que median entre ellos y la realidad. Esto los obliga a ser más analíticos, a buscar distintas fuentes para informarse y cuestionar la verticalidad de los modelos políticos heredados de sus padres.

Es un sector de la juventud que no congenia muy bien con las viejas estructuras de poder, que confían más en sus pares que en supuestos expertos y que necesitan y buscan nuevas formas de interacción con el poder. Hoy hablamos de generaciones digitales. Han crecido con esta herramienta que les parece más atractiva y diversa; están en tránsito hacia lo que serán los nativos digitales.

Haber roto las barreras de las clases sociales, porque hoy los conflictos y la desesperanza son iguales para todos; sumar los problemas que enfrentan otros grupos sociales; realizar en orden una mega asamblea con posiciones y puntos de vista divergentes en Ciudad Universitaria y lograr que las televisoras transmitan el próximo debate presidencial por sus frecuencias estelares, son otros de los logros que los especialistas reconocen del movimiento #YoSoy132.

Coordinador del Circo Volador y miembro del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, Héctor Castillo, indicó que se trata de jóvenes informados, con gran capacidad analítica y memoria histórica.

Son estudiantes que han encendido la luz en la vida pública del país y asumido una postura apartidista, pero crítica a un sistema del pasado: no es que sean antiPeña, sino que están contra el sistema que el candidato del Partido Revolucionario Institucional representa.