Los latidos del corazón a un ritmo irregular pueden provocar la formación de coágulos, y eventualmente ser causa de un accidente cerebrovascular. De hecho, por falta de un diagnóstico oportuno, la enfermedad conocida como fibrilación auricular es responsable de 20 por ciento de los casos de embolias, afirmaron especialistas, que dieron a conocer una iniciativa para pedir a los gobiernos la aplicación de medidas preventivas de este problema de salud.

Gerhard Albrecht, director médico en el laboratorio farmacéutico Bayer de México, advirtió que un número creciente de personas en América Latina viven con fibrilación auricular, por la cual su ritmo cardiaco es irregular. El riesgo es el estancamiento de la sangre y la formación de coágulos. Alguno o varios de ellos se pueden desplazar hasta el cerebro y causar el evento cerebrovascular.

Advirtió que esta complicación resulta mortal con frecuencia. Sólo en Brasil y Venezuela, casi 2 millones de personas han sido diagnosticadas con este ritmo cardiaco anormal, indicó. En México no existen estadísticas al respecto.

La relevancia del asunto estriba en que la mayoría de los casos se podrían evitar con un diagnóstico oportuno y el uso adecuado de medicamentos anticoagulantes.

Las cifras más recientes, indican que en el continente se reportan más de 400 mil casos de personas que sufren por primera vez algún accidente cerebrovascular; de ellos, más de 250 mil mueren por esta causa.

Además, de los que sobreviven, generalmente reportan lesiones graves, y requieren de más cuidado de sus familiares o de las clínicas.

Con la finalidad de promover la prevención y el tratamiento clínico oportuno para controlar la enfermedad, se generó una estrategia mundial que promueve la carta del paciente con fibrilación auricular. El documento propone estrategias y soluciones que, de aplicarse, contribuirían a evitar millones de muertes y discapacidades, señaló el especialista.

Entre otras, plantea la necesidad de informar sobre los primeros síntomas de la fibrilación auricular, los factores de riesgo y la importancia de revisar el pulso cardiaco, aplicar pautas clínicas de atención del padecimiento y fortalecer la educación médica.