Domingo 17 de junio de 2012, p. a20
El autor recrea atmósferas, tramas y protagonistas que oscilan entre sueño y realidad, ensoñación y pesadilla, goce y dolor, placer y culpa, devoción y blasfemia, realidad y fantasía.
En un pueblo aburrido y católico, Eloísa y su enamorado, un adolescente, protagonizan una historia que fusiona el pecado, con la redención, lo mágico con lo real, la imaginación reprimida con la tentación, la moral católica con el amor.
El protagonista, a través de los sueños, tiende a irse del mundo ordenado hacia el de la naturaleza. Por eso también los primeros encuentros con su amada Eloísa son con la naturaleza, porque ahí se manifiesta ese universo alternativo, mágico, de sueños.
La historia comienza cuando Eloísa, quien vive con su padre, va a nadar desnuda en el río, donde la descubre el adolescente, quien finalmente realiza la narración. Ella embelesa al muchacho con sus palabras y belleza, y gracias a la madurez, adivina todos lo que piensa el chico, lo seduce hasta lograr que realice todos sus caprichos.
En la novela, el autor juega con los conceptos del bien y el mal, y cómo los fieles a la Iglesia, a su conveniencia, imponen como bien lo que resulta más perjudicial para la persona.
Para el joven, que ha vivido bajo las creencias de la Iglesia, Eloísa significa la posibilidad de escapar a la naturaleza,de soñar y divertirse; y la magia viene del vínculo con ella, sobre todo del río, símbolo de vida.
El protagonista y narrador de la obra vive entre la realidad y la vigilia. Habita el mundo del deber: la escuela, la iglesia, sus compañeros, la familia; y también en el mundo ordenado, que siente impositivo. Sin embargo, tiene los sueños que le permiten el escape a sus deseos inconscientes.
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Título: Invocación de Eloísa
Autor: Gonzalo Lizardo
Editorial: Era-UNAM
Número de páginas: 182