Grupo de élite supuestamente adiestró a soldados en acciones antinarco
Lunes 18 de junio de 2012, p. 28
Montevideo, 17 de junio. La costa de Uruguay, considerada punto estratégico de la cuenca del Río de la Plata, fue un supuesto teatro de operaciones armado por un grupo de las fuerzas especiales de mar, aire y tierra (Navy seal, por sus siglas en inglés) de la cuarta Flota de Estados Unidos, que responde al Comando Sur con sede en Florida, para entrenar a fusileros navales de la Marina uruguaya.
La autorización para el ingreso de esos militares con su armamento fue enviada como un proyecto de ley del Poder Ejecutivo y aprobada por el Parlamento a principios de mayo, con los votos favorables de los legisladores del Frente Amplio (FA).
Al conocerse más detalles e informaciones periodísticas sobre el tema, hubo fuerte preocupación en diarios y sectores políticos de este país dentro mismo del gobernante FA y en los países vecinos, porque esto no fue informado al Consejo de Defensa Sudamericano (CDS), en el que participa Uruguay.
Quince marines de los Navy seals, el grupo de élite del pentágono que participó en el ingreso ilegal a Pakistán para asesinar a Osama Ben Laden (1/5/11), violando normas internacionales, que actuaron en la invasión a Panamá en diciembre de 1989 y en otras circunstancias similares, fueron autorizados a entrenar a los fusileros navales del 15 de mayo al 15 de junio pasados para intercepción de embarcaciones ilícitas
, supuestamente en la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo.
Los detalles de esta presencia y de las características de los entrenadores, a los que se calificó de la unidad de operaciones más letal
de las fuerzas armadas estadunidenses, provocó fuertes debates en el FA y preocupación de algunas naciones.
El hecho es que, como señala el especialista Samuel Blixen, del semanario uruguayo Brecha, todo fue muy sigiloso
, al referirse a un simulacro de rescate de rehenes
que fusileros navales tenían previsto realizar en los comandos y que al parecer tuvo lugar el pasado 13 de junio bajo condiciones de bajo perfil “que el ministro de Defensa, Heleuterio Fernández Huidobro, decretó para las actividades de los marines” estadunidenses.
También varios analistas locales entienden que se contrapone con el proyecto de integración sudamericana cualquier acuerdo que las fuerzas armadas de Uruguay hayan firmado para una coperación con una potencia extrarregional sin informar al CDS.
Estiman que existen compromisos firmados por los ministros de Defensa en diversas reuniones y que el CDS plantea doctrinas de defensa soberanas, para el cuidado de los recursos naturales, mantener esta región como zona de paz y otras serie de disposiciones avanzadas, que intentan independizar a la región de doctrinas ajenas de seguridad nacional
ajenas, bajo las cuales se implantaron las dictaduras del cono sur en los años 70.
Algunos sectores gubernamentales uruguayos tratan de justificar la entrada de las fuerzas estadunidenses como un hecho temporal
y una necesidad de prepararse para resguardar a Uruguay del narcotráfico o la pesca ilegal.
Juan Castillo, dirigente sindical portuario y del PIT-CNT, la Central de Trabajadores de Uruguay, quien disputó en elecciones internas la presidencia del FA y perdió a manos de la socialista Mónica Xavier, la primera mujer en ese cargo, consideró que el acuerdo con los marines de Estados Unidos no fue discutido en la alianza. Habló de un tema de extrema sensibilidad que se votó sobre tablas en el Parlamento y se lamentó de que hubiera más información en el exterior que en Uruguay.