Creada hace 12 años como una opción de transporte seguro y barato para los habitantes de escasos recursos, en particular aquellos de las zonas periféricas de la ciudad, la Red de Transportes de Pasajeros (RTP) enfrenta hoy una grave crisis que se refleja en el despido de personal y un paulatino deterioro de su flota vehicular, a grado tal que más de la mitad de sus unidades se encuentran fuera de servicio, lo que ha provocado una pérdida de usuarios de hasta 40 por ciento.

Desde su origen, el costo del pasaje se ha mantenido en dos pesos, incluso 20 por ciento de los pasajeros se trasladan de manera gratuita, pero el servicio ha decaído, pues la falta de autobuses ha provocado que la frecuencia en el paso de los mismos se haya ampliado de 15 minutos a dos horas o más, sobre todo cuando acuden en apoyo a otro medio de transporte.

En un recorrido por el módulo 12, en la colonia Nueva Atzacoalco, se pudo constatar la acumulación de unidades varadas, la mayoría por cuestiones mínimas, como la falta de una llanta, una banda, batería o filtros.

Desde hace ocho meses el abandono ha sido gradual, la unidad que entra aquí ya no sale, aunque sólo le falte un espejo, sostiene el secretario general del Sindicato de Trabajadores de Transporte de Pasajeros del Distrito Federal, Hugo Bautista Martínez, quien precisó que de las mil 235 unidades de la flota vehicular sólo 595 están en condiciones de operar.

En los talleres, de acuerdo con el personal del lugar, el trabajo que se realiza se limita al cambio de aceite, pues no hay insumos para el mantenimiento de los autobuses. Esta situación ha llevado que la planta laboral también se reduzca. En fechas recientes, a 200 trabajadores ya no se les renovó el contrato y diariamente 250 operadores en los siete módulos sólo checan tarjeta, porque no tienen asignadas unidades.

Bautista reconoce que esta situación ha causado irritación entre la ciudadanía, que se ha visto obligada a recurrir a otras opciones para transportarse, lo que se refleja en el número de usuarios. De contar con 750 mil usuarios diarios hace siete años en la actualidad esta cifra se redujo a 490 mil, refiere.

Las zonas periféricas, donde el servicio es más crítico, según los operadores, es la sierra de Santa Catarina, en Iztapalapa; Santa Rosa, en Alvaro Obregón; Coatepec, en Gustavo A. Madero, y Ajusco medio, Topilejo y Parres, en Tlalpan.

En esta última demarcación, inclusive, se generó un movimiento de vecinos quienes han acudido con las autoridades a exigir mayor número de unidades. Ramona Mar González, de 60 años de edad, quien acostumbra a trasladarse de Santo Tomás Ajusco al estadio Azteca, es una de las personas que ha encabezado esta lucha para contar con un servicio digno.

En el paradero del estadio Azteca, Irene Cabañas, otra de las usuarias, comenta que lo más difícil es en la noche. “Yo voy para San Miguel Topilejo y el servicio es hasta las 11, pero a veces se suspende a las siete, porque ya no hay autobuses. Aquí salen y te avisan, y a pagar hasta ocho pesos en el micro”.

El líder sindical asegura que para dar mantenimiento a todas las unidades se requerirían de tres millones y medio de pesos, tal como se lo han planteado a las autoridades de RTP, a quienes se buscó para obtener una postura al respecto, pero en el área de comunicación se informó que hasta la próxima semana darían una respuesta.