El movimiento #YoSoy132 ha incidido en la coyuntura electoral, pero aún es prematuro definir cuál será su impacto en la vida social y política de México. Su reto es precisamente sobrevivir a esta coyuntura, afirmaron especialistas en política y sociología.

Enfatizaron que una de las principales aportaciones de la lucha estudiantil, surgida el pasado 11 de mayo en la Universidad Iberoamericana (Uia), es que sin duda vinieron no sólo a refrescar la forma en que se plantean las demandas políticas, sino a consolidar una conciencia ciudadana y otra forma de hacer política.

Marco Herrera, experto en política estratégica y en políticas públicas, del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), destacó que aún no podemos saber que ocurrirá con #YoSoy132 después de las elecciones, pero desde ahora podemos afirmar que han hecho un antes y un después en el levantamiento de la conciencia juvenil y de la fuerza de su participación.

Lo que estamos viviendo es el final de una forma de hacer política, lo que obligará a quienes detentan ese poder a cambiar muchas de sus estrategias; incluso, ya está ocurriendo.

Martha Singer, catedrática de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM y especialista en partidos políticos, indicó que el movimiento no sólo marcó una diferencia en la agenda electoral, sino de la misma clase política, que se vio obligada a responder ante un tema poco señalado, que es su vínculo con los monopolios mediáticos.

La profesora e investigadora agregó que los universitarios que integran este movimiento “tienen todos los elementos para trascender la coyuntura del primero de julio. Se han declarado apartidista, pero se reconocen claramente como un movimiento político.

Han sabido negar su confianza a los partidos políticos y sus candidatos, lo que garantiza que su agenda no está marcada por lo que ocurra el primero de julio. Sus demandas van mucho más allá de apoyar o rechazar un candidato, expresó.

A su vez, María Eugenia Valdés, socióloga y experta en el sistema político mexicano, afirmó que #YoSoy132 dio más que un nuevo aire a campañas proselitistas desabridas. Fue un movimiento que nadie se esperaba y mucho menos que surgiera dentro de una universidad privada.

A seis semanas de su aparición, podemos hablar de que se trata de un fenómeno nacional, pues hay grupos de simpatizantes en las principales ciudades del país, indicó.

Eso se explica, abundó la profesora e investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana, porque sus demandas “no se limitan a la esfera estudiantil.

Aquello por lo que han salido a las calles, lo que difunden en las redes sociales y a través de videos, son preocupaciones que tienen todos los sectores sociales, y eso es uno de los factores que les ha permitido constituirse como un verdadero movimiento social, el cual aún es muy joven como para definir si será o no tan relevante como la lucha estudiantil de 1968.