Los contemporáneos, tan arriesgados como los Debussy o Bach, dice
Lunes 25 de junio de 2012, p. a12
Si la premisa del Foro Internacional de Música Nueva Manuel Enríquez es ofrecer al público las composiciones contemporáneas más innovadoras, el pianista Mauricio Nader llevó esta idea a su punto más alto durante el concierto que ofreció en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes el sábado pasado.
Se trató del programa número 22 del ciclo que se llevó a cabo del 10 al 24 de junio, en el cual interpretó obras de John Cage (tres piezas de Sonatas and Interludes), Henry Cowell (Arpa eólica), Alejandro Gómez-Villagómez (Profundo insaciable).
Más piezas
También tocó parte de la obra de Manuel Enríquez (Para Alicia), George Crumb (cuatro piezas de Makrokosmos), Eddie Mora (ye’ Sulé) y de Elbio Barilari (Toccata gaucha), con lo que logró complicados y evocadores pasajes llenos de intensos momentos interpretativos.
En un momento del concierto Nader explicó que debía tomarse algunos minutos para preparar su piano, “pues Cage pensó que necesitaba añadir algunos elementos, no propios del instrumento, para lograr la sonoridad que buscaba por eso agregué clavos y otros objetos de metal o plástico a las cuerdas.
“Es decir, que lo que acabamos de escuchar fue interpretado con el piano ligeramente modificado, por lo que para seguir con el concierto es necesario quitar estos elementos y dejar que vuelva su sonoridad propia… algo que sólo a Cage se le pudo haber ocurrido, y a mí, que estoy loco”, expresó el pianista.
Muricio Nader continuó con el programa. Hubo momentos en que se levantó para hacer sonar las cuerdas del piano, como señalaba la partitura en turno.
Ese desempeño poco visto en un concierto cautivó al público. De pronto el sonido de las melodías hacía sentir al espectador que el pianista no estaba solo en el escenario, sino que era acompañado de un guitarrista y un percusionista.
Intento sustancial para la actualización
El concierto del sábado cumplió con el propósito de compartir con el público los caminos marcados por compositores contemporáneos, en un intento que Nader calificó de sustancial en el proceso de actualización que interesa a muchos intérpretes y melómanos en el país.
“El público en general se aferra a la idea de que todo pasado fue mejor; por eso las temporadas con obras de compositores de siglos anteriores al nuestro son muy exitosas, pero estas obras también son clásicas. Las más antiguas tendrán unos 60 o 70 años, así que al mismo tiempo son contemporáneas a nosotros.
Espero que comience a generarse un acercamiento renovado a estas piezas y compositores; sus propuestas pueden parecer arriesgadas, como lo fueron en su momento las de Debussy o Bach, con la diferencia de que éstas están más cerca de nosotros
, concluyó Nader.