Toluca, Méx., 27 de junio. Por lo menos tres horas antes de la salida de Enrique Peña Nieto desde el Distrito Federal al encuentro con sus paisanos en Toluca, éstos ya entraban, bajo el frío, la lluvia finita y un cielo encapotado, a la explanada de la Plaza de los Mártires. Pasaban por los controles de seguridad quienes venían de Ecatepec, Zinacantepec, Metepec, Buenavista y de todos los demás municipios. Pero eran ellas y sus niños, muchos de brazos, quienes conformaban la mayoría de los asistentes.

Se concentraron, por cierto, en el mismo escenario donde hace 12 años también hizo uno de sus cierres multitudinarios de campaña el primer priísta derrotado en su búsqueda de la Presidencia de la República: Francisco Labastida Ochoa.

Finalmente, el de hoy es un día hábil, y en el lenguaje de salutación de Peña Nieto –y aquí no fue la excepción– las mujeres fueron lo más bello, el motor, motivación y aliento para su campaña. En cambio, al agradecer la presencia de los hombres celebraba permanentemente su ocupación en distintas actividades económicas y (porque) dan lo mejor de sí por sus familias.

El martes, ya bien entrada la noche, todavía se recogía el templete y se barría esta explanada, luego del mitin encabezado por Andrés Manuel López Obrador ante una jubilosa y colorida muchedumbre.

Pero a las 8 de la mañana, cuando empezó el arribo de los simpatizantes, quienes fueron trasladados hasta aquí para –muchos de ellos– repetir su asistencia a un mitin de Peña Nieto, el escenario ya estaba perfectamente instalado y cuadriculado por vallas. El centro de la ciudad se paralizó desde las primeras horas del día y se cerraron las calles Bravo, Lerdo, Independencia y Juárez donde se colocaron gradas, sillas y megapantallas.

Montiel y Chuayffet no figuraron entre los ex gobernadores presentes

Y así, entre la inconmensurable demostración de recursos traducidos en lucidores carteles, aplaudidores, siluetas y máscaras de cartón de Peña Nieto, pelotas gigantes, mantas, hasta un zepelín y sin faltar el papel picado, los mexiquenses se ostentaron seguros de que luego de Adolfo López Mateos, en 1958, esta vez darán al país otro presidente nacido en esta entidad.

Pasaron lista aquí, como hace 10 días en Atlacomulco, los ex gobernadores mexiquenses, y se sumó Ignacio Pichardo Pagaza, uno de los ausentes en esa ocasión. Pero faltaron Emilio Chuayffet y Arturo Montiel, este último impulsor de la carrera política del aspirante presidencial.

Sin embargo, para poner un mentís a la unanimidad tricolor presumida por la clase política mexiquense –con Eruviel Ávila a la cabeza, quien soltó en su discurso que Peña Nieto no le debe nada a nadie–, los desafiantes del #YoSoy132 se apostaron en las inmediaciones del mitin y aguantaron estoicos la andanada de insultos propinados por multitud de priístas al término del mismo.

A su vez, Peña Nieto se dedicó a agradecer a los mexicanos haberlo recibido y escuchado a lo largo de estos tres meses. Repitió, cómo no, su oferta electoral, y firmó otros compromisos de obras para la entidad donde gobernó hasta el año pasado.

Fue hoy ocasión para el cierre en casa y proclamarse poseedor del triunfo el próximo domingo. Anticiparlo además, con calculados ademanes y sorpresas, como la presencia del cantante Alejandro Fernández en el templete, mientras en el sillerío de los invitados más especiales que los otros atestiguaba el mitin Carlos Hank Rhon.